Carolina Zafra

¿Disciplina estricta o permisividad?

CUANDO PIENSO EN LOS MÉTODOS de disciplina que vemos hoy, me cuestiono lo que es lo que está pasando con nuestra niñez. ¿Será que la disciplina, la organización, la rutina, los hábitos y las responsabilidades relacionadas con la educación de los hijo

Foto: Catholic News Service
Foto: Catholic News Servics ya no importan?

No puedo comparar mi educación o formación con la que vemos hoy día. Crecí y me eduqué en otra cultura, con otros valores y bajo circunstancias muy diferentes a las de muchos niños de hoy. Las figuras de autoridad que podían corregirme no se limitaban a mamá y papá: las tías, los abuelos y hasta los padrinos podían llamarnos la atención si nos atrevíamos a faltar el respeto a nuestros mayores, a los sacerdotes o a los maestros.

Sin embargo, hoy día y en la sociedad que vivimos donde todos, empezando por los niños, tienen derechos y opciones, a veces la educación y la disciplina parecen estar contrapuestas.

Entre las cosas que veo cada día en mi campo de trabajo, es que los chicos llegan a la escuela a la hora que quieren, pueden comer a la hora que gusten y pueden hacer la tarea que gusten con toda libertad.

¿Y qué tiene de malo que los chicos de hoy día tengan esas “libertades” que nosotros no tuvimos?

Cuando no hay una estrategia de disciplina, cuando los alumnos llegan tarde a la escuela o comen a la hora que les dé hambre, los chicos crecen con la idea errónea de que ellos pueden asumir u olvidar sus responsabilidades cuando así lo decidan. Empiezan a creer que el mundo entero gira alrededor de ellos. Esto a la larga crea una cultura de irresponsables en el campo laboral.

¿Es eso lo que queremos de nuestros hijos? ¿Queremos formar personas que hagan siempre lo que quieran y no lo que requiera responsabilidad diaria?

Empezamos desde pequeños a formar hábitos, a criar seres responsables, con el conocimiento de sus deberes, derechos y responsabilidades, que saben desde pequeños que la escuela o la tarea no son opciones, sino obligaciones.

Los dobles mensajes a edad temprana van creando ideas erróneas. Como padres debemos tener claro los puntos más importantes de la crianza de nuestros hijos. Los valores que queremos que sean su norte a seguir cuando vayan creciendo.

Nunca es demasiado temprano para empezar a educar. La educación temprana existe por muchas razones, y la primordial es que cuanto más pequeños sean los niños, más rápido aprenden.