Cruz Teresa Rosero

Dos madres, dos historias

LAS HISTORIAS DE LAS MADRES son todas diferentes
unas lloran de alegría, otras lloran de agonía
unas con júbilo celebran logros, triunfos y honores
otras con horror sufren dolores y deshonores.

Dos madres a sus hijos migrantes al partir bendicen.
Una celebra sus triunfos y el anuncio de su vuelta.
La otra vive temerosa, sin reposo y con angustia
su hijo ha sido arrestado y pronto deportado.

A la vuelta de una guerra a la madre de un soldado
los periódicos anuncian: “Señora, su hijo se ha salvado”.
A la otra el Pentágono la llama: “Señora, su hijo no volverá
por héroe y por valiente la nación una medalla le dará”.

A dos madres la vida los hijos le devuelve
una llora de alegría, la otra llora de agonía
una alegre celebra triunfos, logros y honores
a la otra una espada atraviesa su alma vacía.

Cuando la violencia estalla caen víctimas y victimarios
la policía anuncia: “Señora, a su hijo lo han asesinado
todavía no se sabe quien la vida le ha quitado
nosotros encontraremos a todos los victimarios”.

A esta misma hora otra madre es interpelada:
“A su hijo señora la policía ha arrestado
en la oscura soledad de esta madrugada
a otro cruelmente la vida le ha quitado”.

Las dos madres añoran al hijo de sus entrañas
las dos recuerdan al niñito de sus mañanas
la una recibe cartas y flores de condolencia
la otra, por piedad, clama oración y clemencia.

La madre del victimario a la cárcel cansada va
la gente sin compasión la culpan y la miran mal
nadie sabe que en su corazón la vida ya no está
muerte, soledad y miedo anidan más allá.

En la cárcel a su hijo abraza y anuncia:
“El Dios de los Cielos quiere salvarte
mi corazón de madre viene a rescatarte
mi amor y mi bendición he venido a darte”.

Dos madres, dos historias tiene la vida humana
las noticias y la gente responden diferente
las madres, sin embargo, responden siempre de frente
ellas saben que de Dios la vida de su hijos emana.

Gracias Señor por el don del amor de las madres
bendícelas a todas con tu paz y tu esperanza
que sus vidas no desfallezcan en ninguna mudanza
y que en sus corazones reine siempre la esperanza.