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Dos sacerdotes en la Jornada Mundial de la Juventud

La Jornada Mundial de la Juventud llevada a cabo en Cracovia, Polonia, del 28 al 31 de julio, reunió a más de dos millones de jóvenes y adultos de todo el mundo, entre ellos 400 peregrinos de la diócesis de Brooklyn, de los cuales 21 eran sacerdotes.

Hablamos con dos de los sacerdotes que estuvieron en Polonia. El padre Carlos Quijano es el párroco del Santísimo Sacramento en Jackson Heights. Él acompañó a 22 jóvenes de su parroquia. “Esta jornada es honestamente impresionante, muy alentadora porque inspira mucha esperanza y mucha energía”, es lo primero que me dice el padre Quijano cuando empezamos a hablar de la Jornada Mundial de la Juventud.

“Convergen jóvenes de todo el mundo, ahí nos damos cuenta que el pequeño rebaño que tenemos en nuestra parroquia o en la Diócesis con nuestros problemas, nuestros desafíos pastorales o los pequeños conflictos domésticos, se relativizan y se empequeñecen con toda la grandeza de esa visión que tuvo en su momento Juan Pablo II de convocar a estos jóvenes”, agrega el padre Quijano.

En las Jornadas Mundiales de la Juventud muchos jóvenes han descubierto su vocación sacerdotal, y ésta no será la excepción. “Yo estoy seguro también de que, en el caso del pequeño grupo que llevábamos, la semilla de una vocación o de un discernimiento se siembra porque es una experiencia que nos obliga a salir de la nuestra”, afirma el párroco del Santísimo Sacramento.

El padre Carlos Quijano ya está pensando en la próxima Jornada Mundial de la Juventud que se llevará a cabo en Panamá en 2019. “Yo tengo esa firme convicción de que valió la pena el esfuerzo, para que estos niños tuvieran una visión del mundo y de la Iglesia desde otra perspectiva, pasar esos sacrificios les ayuda a encontrarse con ellos. Tienen todo listo para ser mentores para Panamá 2019. Hemos multiplicado esa semilla en el Santísimo Sacramento para que en el 2019 no solo sean 22, sino quizás 40, 50 o 60 con todos los desafíos que implica recoger el dinero y organizar el viaje”.

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El padre Félix Herrera en un monumento en el sector más antiguo de Cracovia. Foto: padre Félix Herrera

Para el padre Félix Herrera, vicario parroquial de Santa Juana de Arco, ésta fue su primera Jornada Mundial. “Fue una experiencia muy hermosa, es una experiencia que uno debe vivir una vez en su vida”.

Para él esta visita sirvió muchísimo para su labor pastoral. “Me hace darme cuenta que es necesario entregarse más a los jóvenes porque la necesidad es grande y se nota cuando se ven muchos jóvenes que quieren aprender más de la fe. Cuando hay un evento católico, el objetivo es uno solo, al encuentro con Jesús y no hay otras cosas que los puedan distraer”.

“Ahora, lo importante con esta experiencia que tuvimos en esta Jornada Mundial de la Juventud es tratar de usar eso en un estilo parroquial para que así los muchachos puedan darse cuenta que la fe no es algo aburrido, sino algo de alegría y tiene que ser algo personal que le toque el corazón”, agrega el padre Herrera.