Nacionales

En las trincheras de las elecciones 2016, Clinton y Trump a la carga

En su batalla campal por la presidencia, Hillary Clinton y Donald Trump siguen dando sorpresas.

Y lo más inesperado es el giro que dio Donald Trump en su plataforma de campaña en cuanto a inmigración. Anunciando ante el canal de Noticias Fox que permitirá que algunos indocumentados permanezcan en Estados Unidos, sin posibilidad de ciudadanía pero asegurando que “trabajaremos con ellos”, Trump dio un revés a la política de línea dura xenófoba que inicialmente lo llevó a la nominación republicana.

“No habrá ciudadanía. Déjame ir un paso más allá: pagarán impuestos de vuelta, tendrán que pagar impuestos”, dijo Trump al presentador de Fox Sean Hannity, refiriéndose a los inmigrantes indocumentados que no hayan cometido crímenes y hayan estado en el país por un tiempo prolongado. Añadió que había cambiado de parecer tras haber compartido con miles de simpatizantes latinos.

Quizás tuvo mucho que ver la reunión de Trump con seguidores hispanos en su sede política en la Torre Trump, en Nueva York, durante la cual el magnate reconocía que “existe un gran problema con los 11 millones de personas que están aquí, y deportarlos no es posible ni humano”, según declaró el abogado de Texas Jacob Monty, especializado en asuntos migratorios que participó de la reunión, y que fue citado por la cadena Univisión.

Trump había decaído en las encuestas desde la convención republicana, especialmente entre los votantes latinos y afroamericanos y declaró al grupo de hispanos conservadores que en su plan, los indocumentados, “no serán ciudadanos pero estarán autorizados a estar aquí sin temor a ser deportados”, de acuerdo a Monty.

Un giro inesperado también sufrió la campaña de Hillary Clinton tras un reporte de Prensa Asociada que reveló que numerosos contribuyentes y amigos de la Fundación Clinton recibieron a cambio visitas y reuniones con la candidata cuando fungía como secretaria de estado.

La Fundación Clinton es una organización de caridad pública a nivel internacional fundada por el ex presidente Bill Clinton en 2001. Hoy se encuentra bajo severo escrutinio tras acusaciones de conflicto de interés, a la vez que los republicanos la tildan de corrupta y opaca.

Donald Trump se unió al clamor de partido y pidió la intervención de un fiscal especial para investigar a la fundación, acusando a su rival Hillary Clinton de estar involucrada en “actos criminales”. Y es que el reporte de Prensa Asociada, publicado el mes pasado, señala que durante su tiempo como secretaria, más de la mitad de las reuniones de Clinton con instituciones o individuos no relacionados al gobierno fueron con donantes de la Fundación, algo que pone en tela de juicio la posibilidad de que algunos de estos donantes, en especial gobiernos extranjeros, pudieran haber estado intentando comprar influencia.

Reuters descubrió que en el periodo de 2010 a 2013, la unidad a cargo de asuntos de salud en la fundación no dio a conocer la lista completa de sus donantes y omitiendo a países como Suiza o unificando individuos en un solo grupo. La fundación no reportó tampoco al Departamento de Estado que países como Australia y el Reino Unido duplicaron o triplicaron sus donaciones en los años cuando Clinton era secretaria de estado, según la investigación de Reuters.

Interesantemente, el senador Bernie Sanders había mencionado ante la prensa en junio que donantes de la fundación como Arabia Saudita creaban la apariencia de un conflicto de interés. “¿Tengo un problema cuando una secretaria de Estado en funciones recolecta millones de dólares de gobiernos extranjeros… dictaduras? ¿Tengo un problema con eso? Sí”.

De ganar Clinton las elecciones, se daría “una situación sin precedentes, por lo que no hay un manual que seguir”, según apuntó Bill Clinton, añadiendo que si su esposa gana, solo se aceptarían donaciones de residentes legales y ciudadanos estadounidenses y de fundaciones independientes con sede en Estados Unidos. Aseguró que además que él renunciará a la junta directiva y dejará de recolectar fondos.

Pero regresemos a Trump y su revés en la plataforma anti-inmigrante que ahora se transforma con un tono más suavizante aunque la promesa del muro en la frontera sur sigue en pie junto con la certeza de que México tendrá que financiar su costo.

Pero aún quedan tres meses y varios capítulos que escribir en el histórico libro de esta contienda presidencial. Seguimos contando días y escribiendo capítulos en estas históricas elecciones.