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Inmigración: No sea otra víctima

EN LAS ÚLTIMAS SEMANAS he sentido —como me imagino que le ha sucedido a muchos de ustedes—, como si hubiese entrado en un episodio de Twilight Zone, la famosa serie de ciencia ficción durante los años cincuenta sobre temas de misterio, horror, drama y comedia.

Al final de cada capítulo de aquella serie, siempre había un giro inesperado en la historia. La diferencia esta vez es que no estamos mirando episodios pregrabados hace más de sesenta años, sino escenas actuales y en vivo. Las palabras y la retórica que usan algunos han dejado a un pueblo con un sentimiento de dolor y angustia inolvidables. En la comunidad hispana, afroamericana y musulmana, es difícil borrar la impresión negativa, la división que se ha creado y el miedo que ahora corre por las venas en nuestros vecindarios.

Estoy aquí para recordarles algo muy esencial: el presidente electo no comenzará su nueva administración hasta su inauguración el 20 de enero. Tampoco sabemos cuáles serán las políticas que pondrá en efecto sobre asuntos domésticos e internacionales. Sé que durante la campaña electoral hemos oído diferentes planes en relación con diversos temas, especialmente el tema de la inmigración.

Hay incertidumbre, confusión y temor entre los indocumentados de nuestras comunidades. Tenemos que tomar en cuenta que muchas veces los candidatos hacen promesas para ganar el voto y luego cambian de posición al llegar a la Casa Blanca. Ya estamos escuchando algunos cambios respecto a éstos y otros temas, así que es muy importante mantenerse informados por medios con ables. En esta publicación hallarán ustedes información sobre el tema.

En otras ocasiones, hemos escuchado a candidatos prometer que van a hacer cambios radicales en sus primeros 100 días en el cargo y luego no ha sucedido. El presidente Barack Obama prometió hacer una reforma migratoria en sus primeros 100 días de gobierno. Los programas de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia y de Acción Diferida para Padres de Ciudadanos Estadounidenses y Residentes Permanentes Legales (DACA y DAPA, por sus siglas en inglés) fueron órdenes ejecutivas firmadas en 2012 y 2014 respectivamente, cuatro y seis años después de asumir el puesto. Es bueno refrescar nuestras memorias porque muchas veces, y especialmente durante una campaña presidencial, olvidamos puntos clave con relación al proceso legislativo.

También me gustaría aprovechar esta oportunidad para hacer un llamado de alerta sobre los notarios o los abogados que prometen “ayudarlos con su situación”, principalmente durante esta época de incertidumbre. No soy abogada, pero no se dejen llevar por promesas engañosas. Por ahora no hay una reforma o pasos para arreglar el estatus de la comunidad indocumentada, menos de los programas de DACA y DAPA.

Pero, ojo, tampoco es recomendable presentar una nueva solicitud hasta que haya más información concreta. Ahora que comencé una nueva colaboración junto al Servicios Católicos de Migración y estoy aprendiendo más sobre sus servicios, puedo ofrecerles información al respecto.

La organización ofrece consultas sobre casos de inmigración, específicamente en temas como el proceso de naturalización y ciudadanía, la reunificación familiar, la autorización de empleo, el asilo político, visados “T” para víctimas de tráfico humano, visados “U” para víctimas o testigos de delitos, protección contra el abuso doméstico o de pareja (VAWA por sus siglas en ingles), Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) y DACA. Los Servicios Católicos de Migración, una organización sin fines de lucro asociada con la diócesis, son una fuente de información y ayuda con fiable.

En su columna “Libertad y justicia para todos”, publicada en The Tablet la semana después de las elecciones, monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de la Diócesis de Brooklyn, expresó su preocupación y prometió que la Iglesia de Brooklyn y Queens se opondrá a las decisiones ejecutivas que pudieran separar a familias. En una declaración conjunta dirigida al presidente- electo y a su administración, la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB por sus siglas en ingles) reafirmó la tradición de la Iglesia de dar la bienvenida a refugiados e inmigrantes.

No saber lo que pueda suceder genera ansiedad. Por ahora, como comunidad tenemos que mantenernos informados pero, como le dije, obteniendo la información de fuentes con ables. Tenemos que combatir la estafa, especialmente en esta época. La Iglesia será no solo su casa de alabanza y adoración, sino su refugio, protección y fuente de información como siempre lo ha sido.