Biblia

La Biblia en español, primera en Europa

He oído en alguna ocasión que la Iglesia Católica no enseña la Biblia. Que fueron Lutero y sus acompañantes los primeros en traducir la Biblia al lenguaje del pueblo. Ciertamente, los reformadores hicieron muchos esfuerzos en traducirla. En su tiempo aparecieron versiones en lenguas diferentes. Incluso alardean de que fue Lutero el primero en traducir la Biblia del latín.

Uno se puede preguntar, ¿fue así? ¿Fueron los reformadores los primeros en presentar la Biblia en lenguaje popular? Y la respuesta clara y breve es no. Hagamos un poco de historia.

La primera vez que se tradujo la Biblia del latín en Europa fue traducida al español. Se trata de la llamada Biblia Alfonsina, publicada en el 1270. Pasarían unos 250 años hasta la llegada de la Reforma. El título de esta biblia se debe a que fue patrocinada por el rey Alfonso X “el Sabio”, de España. La traducción quedó incorporada en la famosa “General Storia”. Fue una traducción directa del latín de la “Vulgata”.

Años más tarde y también antes de la reforma, a principio del siglo XV, se hacen varias traducciones del Antiguo Testamento, como la Biblia de Alfonso V de Aragón y la llamada Biblia de Alba. En España el rabino Salomón produce el Antiguo Testamento. En 1553 apareció la Biblia de Ferrara, traducción de un judío español usada por los sefardíes.

A mediados del siglo XVI sale la primera traducción española directa del hebreo, arameo y griego titulada: “La Biblia, que es, los Sacros Libros del Viejo y del Nuevo Testamento”. Su autor fue el español Casiodoro de Reina. Esta versión contenía todos los libros de la Vulgata en el orden católico habitual e incluía los deuterocanónicos.

En posteriores ediciones estos libros fueron rechazados. Su portada tiene una ilustración de un oso que intenta alcanzar un panel de miel colgado de un árbol, por eso se le llamaría la Biblia del Oso.

En 1602, otro español, Casiano de Valera, revisa la llamada Biblia del Oso. La adapta a la mentalidad protestante del grupo calvinista. Hace varios cambios: orden de los libros, separa todos los deuterocanónicos en una sección de Apócrifos. Posteriormente serían rechazados. La ilustración de la portada presenta a dos hombres regando un árbol con un cántaro. Se le llamaría la “Biblia del Cántaro” o “Reina-Valera”. Con este nombre se la conoce en las múltiples ediciones posteriores. En los siglos XVIII y XIX continúan apareciendo nuevas ediciones en español en México, Colombia y España. En 1925 sale en El Paso, Texas la Sagrada Biblia Cristera.

A partir de mediados del siglo XX van surgiendo numerosas ediciones en España y Latinoamérica. Muy conocidas por sus extensos comentarios: Nácar-Colunga, Bover- Cantera. En Chile aparece la “Biblia Latinoamericana”, con notas muy sencillas, que ha sido muy popular entre laicos católicos. En 1967 sale la Biblia de Jerusalén, conocida por sus numerosas citas y sus

esclarecedoras notas exegéticas. En los últimos años las biblias en español se han multiplicado. Me contaba un vendedor en una librería bíblica, que las ventas al mundo hispano se han disparado. “Los católicos las llevan por decenas”, decía
Pero si es importante la cantidad de nuevas biblias, es más importante la nueva orientación. En el pasado la tendencia era probar las ideas de una iglesia acomodando el texto de la Biblia. Ahora el énfasis es la lectura limpia y exacta del original bíblico. La mayoría de los investigadores de distintas creencias trabajan en esta dirección. Lo fundamental es encontrar el texto fiel.

Antes, la división en ideología se manifestaba en el texto. Ahora el texto une. Por ejemplo, la Reina-Valera ha sido publicada durante muchos años sin los deuterocanónicos. Recientemente, publicaciones protestantes sacan biblias con esos libros. Los anuncian en portada e incluso incluyen una carta de obispos católicos declarando estas biblias acomodadas a los católicos.

¡Qué gloria! La Biblia, Palabra de Dios, comienza a ser un factor de unión y no de división. ¿Qué le parece?