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La mano de ISIS siembra el terror en los Estados Unidos

Una fiesta navideña del departamento de salud ambiental en un San Bernardino, California, terminó en la peor pesadilla de terror del 2015: 14 muertos, más de una veintena de heridos y la confirmación de que los dos pistoleros acusados del crimen habían ocasionado el hecho en nombre del grupo extremista islámico ISIS.

Los perpetradores Syed Rizwan Farook, de 27 años de edad, y su esposa Tashfeen Malik de 29, murieron también durante un tiroteo con la policía de la región. Las investigaciones revelaron que la pareja se había radicalizado a favor de ISIS hacía más de dos años, de acuerdo a David Bowdich, subdirector de la oficina del FBI en Los Ángeles.

“La pregunta para nosotros es cómo, por quién y cuándo fueron radicalizados. Quizá no haya un quién”, dijo Bowdich a la prensa del país. “Con frecuencia es en internet, no sabemos”.

El propio padre de Farook confirmó estas declaraciones cuando habló con el periódico
italiano La Stampa sobre su hijo: “Él dijo que compartía la ideología de al-Baghdadi de crear un estado islámico, estaba obsesionado con Israel”, dijo Farook, refiriéndose al líder de ISIS, Abu Bakr al-Baghdadi.

Syed Farook padre, señaló  que se sentía culpable: “No me puedo perdonar. Quizás,  si hubiese estado en casa, me habría dado cuenta y lo hubiese detenido”, le dijo al periódico.

También fue revelado que Tashfeen Malik había entrado al país proveniente de Arabia  Saudita en el 2014 con visa especial para casarse con Tarook. Ambos dejaron huérfana a una bebita de seis meses.

Ante el terror de los hechos, el presidente Barack Obama se dirigió a la nación desde la oficina oval para asegurarle al país que su administración está preparada para enfrentar la amenaza terrorista de ISIS. Obama se refirió a los tiroteos en California, como un “acto de terrorismo” y urgió al Congreso a adoptar nuevas restricciones en el uso de armas de asalto.

El Presidente pidió también a los estadounidenses que no relacionen el terrorismo con todos los musulmanes. Las reacciones no se dieron a esperar.

Donald Trump criticó a Obama diciendo que era “hora de tener un nuevo presidente”, a la vez que hizo un llamado a una “prohibición total y completa” a la entrada de musulmanes a Estados Unidos, hasta que los legisladores en Washington “puedan entender qué está pasando”.

En un comunicado, Trump dijo que algunos musulmanes “aceptan que la violencia contra los estadounidenses está justificada como parte de la yihad global”.

Tenemos que determinar de dónde viene este odio y por qué. Hasta que no podamos determinar y comprender este problema y la peligrosa amenaza que representa, nuestro país no puede ser víctima de horrendos ataques por parte de gente que cree solo en la yihad y que no tienen ningún sentido de la razón o respeto por la vida humana”. El liderazgo republicano se volcó en contra de Trump, declarando que las declaraciones del candidato no representan el sentir general del partido ni los principios conservadores que lo rigen.

Por su parte, la ex secretaria de estado Hillary Clinton dijo que es importante luchar contra ISIS mediante ataques aéreos y el combate terrestre liderado por militares árabes, pero también en línea.

“Vamos a necesitar ayuda de Facebook, de YouTube y de Twitter”, dijo Clinton, asegurando que las palabras de Trump solo ayudaban a empeorar la imagen de Estados Unidos a nivel internacional y servían de propaganda para ISIS.

Grupos musulmanes estadounidenses tildaron la propuesta de Donald Trump de prohibirle a los musulmanes la entrada al país como “insensata” y “antiestadounidense” y predijeron que va a ser utilizada como una herramienta de reclutamiento para los grupos extremistas como el Estado Islámico.

“Donald Trump suena más como el líder de una turba de linchadores que de una gran nación como la nuestra”, dijo ante la prensa Nihad Awad, director ejecutivo del Consejo de Relaciones Estadounidenses- Islámicas.

El principal candidato del Partido Republicano está “jugando a favor de” ISIS, afirmó Awad, al poner a los estadounidenses unos contra otros.

Los obispos católicos también expresaron su repudio indicando que debemos evitar “el odio y la sospecha que conducen a políticas discriminatorias”.

Monseñor Joseph Kurtz, arzobispo de Louisville, Kentucky, y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EstadosUnidos, dijo en un comunicado del pasado 14 de diciembre que en vez de albergar odio, “esas emociones deben ser canalizadas como un fiel testimonio sobre la dignidad de cada persona”. Instó a que se implementen leyes migratorias humanitarias que nos mantengan seguros, pero nunca “dirigidas a un grupo específico de personas basándose en su religión”.