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Líderes de la iglesia del Oriente Medio confirman la presencia cristiana durante la Semana Santa

EN SUS MENSAJES de Semana Santa, los patriarcas católicos de Oriente Medio lamentaron la masacre y el
sufrimiento generalizado, y confirmaron la presencia de los cristianos en la región llamando a sus fieles a seguir en su camino de esperanza.

Desde Bkerké, el patriarcado maronita de Antioquía en El Líbano, el cardenal Bechara Rai condenó “todo tipo de guerras, persecuciones y ataques”.

El cardenal Rai, patriarca maronita, instó a la comunidad internacional a “encontrar soluciones políticas y
diplomáticas a los conflictos, y sentar las bases de una paz equitativa, global y duradera” en la región. Suplicó a la
sociedad internacional a impedir que los países protejan, ayuden y proporcionen armas a las organizaciones terroristas.

También condenó la “flagrante e incesante persecución de los cristianos” en Egipto. Exhortó a “los países musulmanes e islámicos a tomar posiciones e iniciativas activas para disuadir esta persecución y preservar la
imagen positiva del Islam”. El cardenal Rai reiteró que los cristianos han existido en Egipto y los países árabes durante 2000 años. “Ellos sentaron las bases de sus civilizaciones antes del advenimiento del Islam durante medio siglo”.

Aseguró a todos los que están sufriendo que aunque aquellos que ejercen el poder “pueden destruir sus hogares y las
conquistas de su civilización, no podrán destruir la fe y el amor por su patria, ni derrotar la esperanza en sus corazones”. El patriarca católico melquita nacido en Siria, Gregorio III Laham, señaló en su mensaje de Pascua que en la historia de la Iglesia desde la crucifixión de Cristo, a menudo los cristianos eran llamados “hijos de la Resurrección”.

“Rezamos con nuestros hijos en nuestro mundo árabe oriental, para que la paz regrese a los países que sufren, en
especial a Siria, Irak y Palestina”, declaró el patriarca. “Les rogamos que frente a tantas escenas de muerte, violencia,
Catholic News Service explosiones, terrorismo y asesinatos, no pierdan nunca la fe”.

En su mensaje de Pascua desde Bagdad, el patriarca caldeo Luis I Sako lamentó el “sufrimiento y dolor diario” soportado por los cristianos en Irak y el resto del mundo. Pidió a los mandatarios gubernamentales y las autoridades religiosas, propuestas concretas para apoyar la pervivencia de los cristianos en Irak y garantizar sus derechos como ciudadanos iguales.

“Esta es nuestra iglesia, la que sirve con amor por el bien de todas las personas, la que inspira esperanza, que invita a ser solidarios, busca fidelidad para construir puentes, la que apoya el diálogo y la reconciliación nacional”, agregó.

Desde Jerusalén, el arzobispo Pierbattista Pizzaballa, administrador apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén, dijo que el conocimiento y la fe del misterio de la Resurrección no exime a los fieles de experimentar pruebas, dolor y oscuridad.

En países como Siria, Irak y El Líbano, “parece que el odio y el desprecio en las relaciones sociales y religiosas prevalecen sobre todas las cosas, haciendo que el respeto humano, religioso y civil se vuelvan solo palabras vanas”, dijo. “¡Ay de nosotros si nos rendimos ante esto!”

Elogió a los cristianos en esas circunstancias, diciendo que “permanecen abiertos, con serena confianza, a toda
colaboración, sin odio, desprecio, ni violencia, sino con un sereno y profundo deseo de justicia”.