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Los desterrados de Siria

EL TRÁGICO ÉXODO de los habitantes de la ciudad siria de Alepo parece no ver un fin cercano en medio de los constantes bombardeos, la falta de alimentos y hospitales, y la aparente inacción del mundo entero ante la aterradora crisis humanitaria que lleva casi seis años azotando a esta región del Medio Oriente.

A través de un comunicado de prensa, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio informó el mes pasado que se oponía a “cualquier tentativa de alguna de las partes para establecer un alto el fuego en el este de Alepo, a menos que garantice la salida de todos los terroristas”.

Y es que el gobierno de Bashar al Assar, respaldado por Rusia y las milicias del grupo terrorista Hezbollah ha avanzado hasta Alepo, donde las tropas sirias aseguran que ya controlan el 93 por ciento de esta ciudad que estaba en manos de las milicias rebeldes respaldadas por Washington, según reportes de Reuters.

A mediados de diciembre, en el Consejo de Seguridad de la ONU, Rusia y China vetaron una resolución impulsada por las potencias de occidente que pedía una tregua de al menos siete días en Alepo para permitir la llegada de ayuda humanitaria. Se trata de la sexta vez que Moscú bloquea una medida de este tipo desde el inicio del conflicto que ya ha dejado más de 300,000 muertos, según Prensa Asociada.

La tregua deberá esperar. Moscú sostiene que Washington no quiere aceptar la salida de los rebeldes en Aleppo porque esto supondría una victoria para el régimen de Assad mientras que el bando contrario de países occidentales considera que Rusia es quien entorpece el diálogo para así demorar la situación hasta que asuma el poder Donald Trump, con quien el presidente ruso Vladimir Putin parece tener mejor sintonía sobre cómo resolver la guerra en Siria, según Reuters.