Noticias

Marcha y oraciones por el respeto a la vida

Docenas de fieles participaron en la Misa por la Paz y la Justicia en la iglesia de St. Josaphat, en Bayside, este 22 de enero. La misa se ofreció en reparación por los casi 56 millones de bebés que han sido abortados en Estados Unidos desde que la Corte Suprema legalizó el aborto el 22 de enero de 1973.

“El derecho a la vida está garantizado”, dijo Florence Maloney, quien ha sido miembro de la parroquia por muchos años y es una de las organizadoras de la misa. “Y no hay dudas de cuándo comienza la vida… Es hora ya de que esa decisión de la Corte Suprema sea anulada y corregida”.

Maloney preside el Comité Conjunto de Parroquias por el Respeto a la Vida, un grupo de casi 20 parroquias que se formó a fines de la década del noventa para defender la sacralidad de la vida.

Por 13 años, el comité ha organizado una misa en St. Josaphat para los fieles que no pueden participar en la Marcha por la Vida en Washington.

Este año participaron más fieles en la misa debido a que la tormenta invernal Jonás llegaría a Washington durante las horas de la marcha.

Debido a la tormenta, DeSales Media Group y la Escuela de Evangelización debieron cancelar los autobuses en que los participantes irían a Washington. Otros grupos y parroquias que planeaban viajar a Washington también cancelaron sus viajes debido a la tormenta.

Cuando supo que su autobús había sido cancelado, Kevin Lyons, un feligrés de St. Anastasia, en Douglaston, le pidió a su esposa Cindy que fuera con él a la misa de St. Josaphat para orar por el fin de la “epidemia silenciosa” del aborto.

“Vine a orar por los no nacidos y los indefensos”, dijo. “Ellos también forman parte de la Iglesia”. En su homilía, el padre Andrzej Klocek, párroco de St. Josaphat, dijo que aunque al aborto se le den otros nombres, la Iglesia no debe nunca temer “ir más allá del engaño y presentar la verdad, por incómoda que ésta pueda resultar”.

Los fieles de Brooklyn y Queens tuvieron otros servicios donde orar por los niños aún no nacidos y por la defensa de la vida en el 43 aniversario de la decisión conocida como Roe v. Wade. Los jóvenes de St. Sebastian, St. Teresa y Blessed Virgin Mary Help of Christians tampoco pudieron ir a la marcha como tenían programado, pero los padres Rodnev Lapommeray y Evans Julce dijeron que aun así el 22 de enero era un momento importante para orar por los no nacidos y por el respeto a la vida.

En la parroquia Blessed Virgin Mary Help of Christians, en Woodside, las actividades comenzaron con una misa en la mañana en honor de la defensa de la vida, seguida por el rezo del rosario frente a una clínica abortista cercana. Luego se exhibieron películas en las que se defiende el derecho a la vida y se celebró una hora santa para orar por los no nacidos.

“Tenemos que alzar nuestra voz en defensa de los que no tienen voz”, dijo Cathy Donohoe, miembro de la parroquia de la Sagrada Familia, en Flushing, y presidenta de

The Bridge to Life, un centro para la atención de crisis en el embarazo, en Queens.

Aunque no pudo ir a Washington este año por la tormenta invernal, Donohoe, quien ha estado participando en la marcha desde 1974, dice que se sintió inspirada por las palabras del padre Klocek.

Pamela Menera, de la parroquia de St. Anastasia y miembro de Rachel’s Helpers, un ministerio que trabaja con mujeres que se han hecho abortos, dijo que aquellos que conocen la verdad sobre el aborto deben pedir al Espíritu Santo la fuerza necesaria “para enfrentar el poder del mal” y denunciar las violaciones del derecho a la vida.

A pesar de la tormenta invernal, unas 50.000 personas se congregaron en Washington el 22 de enero para protestar contra el veredicto Roe v. Wade y para orar por la protección de la vida humana, desde su concepción hasta su fin natural.

Michael Germano, director de la pastoral estudiantil en la escuela secundaria Archbishop Molloy, de Briarwood, fue a Washington con Meera Sukhdeo, de la parroquia St. Benedict Joseph Labre, en Richmond Hill. Dice que aunque vio menos personas que otros años debido a la tormenta, en la marcha participaron fieles de casi todos los estados.

Peter y Paulette Kraljic, de la parroquia de la Inmaculada Concepción, en Astoria, con otros 40 fieles, lograron llegar a Washington en autobús. Peter dice que tras considerar la situación el viernes en la mañana, lograron convencer a la compañía de autobuses para que los llevaran a la marcha.

En el bus iban muchos veteranos de la lucha en defensa de la vida, entre ellos una mujer que ha participado en la marcha por 43 años. El viaje de regreso a Queens les tomó seis horas, que los participantes, jóvenes y mayores, aprovecharon para rezar el rosario y la coronilla de la Divina Misericordia.

El seminarista Brendon Harfmann, del Cathedral Seminary House of Formation, en Douglaston, fue parte de un grupo de seminaristas que viajaron a Washington para orar por el respeto a la vida. Allí se unieron a otros 500 seminaristas y a miles de jóvenes para la Misa de Apertura de la Vigilia Nacional en Defensa de la Vida el 21 de enero. También participaron candidatos al sacerdocio de los seminarios St. Joseph, en Dunwoodie; SS. Cyril and Methodius, en Orchard Lake, Michigan; y St. Charles Borromeo Seminary, en Filadelfia, Pensilvania.

“Es un sentimiento increíble. Puedes ver la Basílica (de Washington) orando” por el respeto a la vida, dice Harfmann. “Nos inspira a nosotros y a muchos jóvenes a pensar en cómo debemos vivir nuestra vocación”.

Debido a la tormenta, los seminaristas regresaron a Nueva York en la mañana del viernes.

La Diócesis de Brooklyn también estuvo presente a través de la oración. Margarita Sánchez, del grupo de jóvenes de la parroquia de St. Andrew Avellino, en Flushing, fue a misa para orar por el alma de todos los niños no nacidos.

“Creo que toda vida merece la salvación, por eso me pareció que esto era lo menos que podía hacer”, dice. “Lo más importante es entender que la Iglesia Católica está aquí, la comunidad está dispuesta a ayudar, a buscar otros opciones (en lugar del aborto) con la ayuda de Dios todopoderoso”. Mientras Maloney veía la Marcha por la Vida en Washington a través del canal EWTN, se sintió reconfortada con la presencia de tantos jóvenes de todo el país que fueron a la marcha a pesar de la tormenta invernal.

“Con la ayuda de Dios y la intercesión de la Virgen, lograremos restaurar el derecho a la vida, desde el vientre materno hasta el sepulcro”, dijo Maloney.


CONCEPTOS CLAVE

Roe versus Wade es el nombre con que se conoce el caso judicial presentado por Norma McCorvey (“Jane Roe”) en el que se alegaba que las leyes que prohibían el aborto no eran constitucionales. La decisión dividida del Tribunal Supremo sobre este caso, anunciada el 22 de enero de 1973, legalizó el aborto en Estados Unidos.

La doctrina católica —así como muchas otras doctrinas religiosas y corrientes losó cas— reconocen que la vida humana comienza en el momento de la concepción y que, por tanto, el aborto es un crimen. El aborto ha sido considerado un crimen y penalizado por la ley en países de diversas culturas y tradiciones religiosas a través de toda la historia.

La Iglesia Católica condena el aborto y se esfuerza por promover el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural. Uno de los objetivos del movimiento católico en defensa de la vida es revertir la decisión del caso Roe versus Wade. Como parte de esos esfuerzos, cada año se organiza la Marcha Pro Vida, que se lleva a cabo en Washington DC, en el aniversario de la decisión que legalizó el aborto en 1973.