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Monseñor Octavio Cisneros: con el Papa en la misa de Ciudad Juárez

El papa Francisco estuvo en México en febrero pasado. Éste fue uno de los viajes más importantes del Santo Padre durante sus casi tres años de papado.

Nuestra diócesis de Brooklyn estuvo representada por fieles, medios de comunicación, sacerdotes y por nuestro obispo auxiliar, monseñor Octavio Cisneros.

“Yo solamente fui a Ciudad Juárez y la razón por la que estuve ahí es porque allí se celebró la misa que ofreció el Santo Padre en la frontera de Estados Unidos y México, entre Ciudad Juárez y El Paso, Texas. Creí que era importante que los obispos norteamericanos, sobre todo aquí en el Nordeste, tuviésemos solidaridad con el Santo Padre en su ministerio con los inmigrantes. Esa es la razón por la que fuimos”, explica monseñor Cisneros.

La diócesis de Brooklyn es una diócesis de inmigrantes: más de la mitad de la población de Brooklyn y Queens la forman personas nacidas en otros países, y son en su gran mayoría hispanos. “Como bien sabes, monseñor Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, es muy activo en todo lo referente a inmigración. Él siempre ha sido un campeón en abogar por los derechos de los inmigrantes y por lo tanto yo creo que como obispo hispano representando a los obispos del Nordeste, sobre todo de la Diócesis, debía estar allí”, agrega monseñor Cisneros.

Monseñor Cisneros
Monseñor Octavio Cisneros junto a monseñor Fernando Isern, obispo emérito de la Diócesis de Pueblo de Denver, Colorado, en la misa que celebró el papa Francisco en Ciudad Juárez, México. Foto: Archivo personal de monseñor Octavio Cisneros.

Monseñor Cisneros cruzó la frontera entre México y Estados Unidos. Después de la Eucaristía se reunió con el papa Francisco, pues el Sumo Pontífice estuvo en privado con cada uno de los obispos que asistieron a Ciudad Juárez. “Tuve la oportunidad de saludarlo personalmente”, comenta monseñor Cisneros.

“La misa fue una de las más bonitas en las que he estado, con un gran sentido de Iglesia, de unidad. Del otro lado del río había un grupo de personas que estaban prácticamente en la cerca mirando desde lejos las actividades de la misa y en el estadio se seguía la Eucaristía en unión con el Santo Padre. Así que fue una experiencia de unidad y dos docenas de obispos norteamericanos estuvimos allí presentes, expresando nuestra solidaridad y ofreciendo nuestras oraciones por la unidad”, concluyó monseñor Octavio Cisneros.