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La peor masacre en la historia del país une al pueblo; Washington se remece  

Otro amanecer de terror y lágrimas volvió a enlutar a la nación tras el fatal atentado terrorista que dejó un saldo de 49 muertos y 53 heridos en el centro nocturno Pulse de Orlando (Florida) el pasado 12 de junio.

El autor de los hechos, Omar Mir S. Mateen, de 29 años y nacido en Nueva York, irrumpió en la discoteca armado con una pistola y un rifle de asalto, con los que roció a balazos a los asistentes del club, según las declaraciones del jefe de la policía de Orlando, John Mila ante la prensa.

Mateen, de padres afganos y residente de la cuidad de Port St. Lucie, en Florida, compró legalmente las armas una semana antes de los hechos en el mismo estado, y poco antes de iniciar el tiroteo llamó al número de emergencia 911 para declarar su lealtad al grupo terrorista del Estado Islámico, según el reporte policial.

El equipo policial de operativos especiales entró al lugar usando explosivos y rompiendo la pared con un auto blindado. El sospechoso murió en medio de una ráfaga de tiros en medio de sus víctimas y un ambiente de barbarie, según el informe policial.

Irónicamente, el FBI investigaba los posibles lazos y afiliación de Mateen con grupos terroristas desde el 2013. El agente especial Ron Hopper aseguró ante los medios de prensa que lo tenían en la mira junto a cientos de presuntos seguidores del Estado islámico por hacer “comentarios incendiarios a sus compañeros de trabajo que dejaron entrever sus posibles lazos con terroristas”.

Aparte del ángulo del terrorismo, el hecho también fue catalogado como un crimen de odio en contra de la comunidad gay del país y una repetida señal de alerta ante la fácil accesibilidad de armas de asalto que han sido utilizadas una y otra vez para acabar con vidas inocentes.

A la vez que el presidente Obama lanzó un contundente llamado a los legisladores en Washington a aprobar leyes de control de armas más severas para “poner fin a la plaga de violencia que éstas causan a tantas vidas”. Obama señaló que la destrucción del Estado Islámico (EI) no detendrá los ataques terroristas de “lobos solitarios”, mientras estos personajes perturbados tengan acceso fácil a las armas de asalto.

 


“Río revuelto” en el Congreso

Entre los legisladores de Washington, la peor masacre en la historia del país y las palabras del presidente se perdieron entre los ventarrones de un poderoso tornado político. En el Senado, cuatro medidas dirigidas a lograr un mayor control de armas fueron inmediatamente rechazadas en lo que Obama catalogó como “una vergonzosa ara exhibición de cobardía.

En la Cámara de Representantes, la discusión de las medidas casi terminó golpes. Los legisladores demócratas realizaron una sentada que se alargó durante toda una madrugada, como parte de su táctica de ofensiva para aprobar una legislación de control de armas.

La mayoría republicana retomó el control de la Cámara y aplazó la controvertida sesión tras forzar la discusión de otras medidas no relacionadas anunciando que no tolerarían más demócratas protestando ‘sentados’ en Congreso.

El vocero de la Cámara, el republicano Paul Ryan, insistió en que no permitiría ningún proyecto que dañara los derechos constitucionales de las personas que tienen armas, según señalara en conferencia de prensa.

 


La Corte Suprema deja a millones de indocumentados en el limbo

Millones de inmigrantes vieron desvanecer nuevamente su sueño americano tras el fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que anula la posibilidad de restituir las iniciativas migratorias del presidente Obama de proteger a más de cuatro millones de inmigrantes de ser deportados.

Con cuatro jueces a favor y cuatro en contra, el plan de Obama de expandir los programas de protección migratoria DAPA y DACA regresa al tribunal federal de apelaciones de Nueva Orleans que había decidido suspender las iniciativas del Presidente el año pasado.

Obama lamentó ante la prensa del país el fallo, enfatizando que el empate subraya una realidad que enfrenta la nación: “El hecho de que el Supremo no pudiera tomar una decisión en este caso nos aleja del país al que aspiramos convertirnos”, afirmó desde la sala de prensa de la Casa Blanca.

El fallo del Supremo significa que las medidas no podrán entrar en vigencia en lo que queda de la presidencia de Obama.

Las iniciativas incluye protecciones a padres indocumentados de niños que están legalmente en el país y una ampliación del programa que ampara a personas que fueron traidas al país cuando eran menores. Obama dictó una orden ejecutiva para aprobar el plan luego que los republicanos obtuvieran el control del Senado en el 2014.

En 2015, Texas lideró un grupo de 26 estados con gobiernos republicanos que demandaron al gobierno federal logrando revocar las medidas de Obama en la Corete de Apelaciones de Nueva Orleans. El sector republicano del Congreso también apoyó la demanda.