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Orar por las intenciones del Papa

Cada mes de enero, la Santa Sede publica las intenciones del Papa para los doce meses del año que inicia. El pasado 3 de enero el papa Francisco firmó el documento con las intenciones para el 2017. El Apostolado Mundial de Oración se ha encargado, como dicta su misión, de dar difusión al documento para que los fieles católicos en todo el mundo nos unamos en oración por dichas intenciones.

Al respecto monseñor Paul Sánchez, obispo auxiliar de Brooklyn, explicó a Nuestra Voz que el Santo Padre tiene una visión global de lo que sucede en el mundo, reconoce sus necesidades y las plasma en las intenciones de oración; algo que ciertamente nos une como Iglesia Universal.

El padre Manuel Rodríguez, párroco de la Presentación de la Santísima Virgen María afirmó que “el Santo Padre es el Pastor de la Iglesia Universal y cada católico, en virtud del bautismo, tiene una relación personal con él. El Papa es pastor de cada bautizado directamente, es el pastor tuyo y el mío y representa a Jesucristo en la tierra, de modo que orar por las intenciones del Papa es orar por las intenciones de nuestro pastor”.

Para este año, a diferencia de los anteriores, el papa Francisco ha definido una intención por cada mes. Sin embargo, es posible que se añadan nuevas intenciones en respuesta a la cambiante actualidad mundial.

Estas son las intenciones para el año 2017:

ENERO. Por la evangelización: Los cristianos al servicio de los desafíos de la humanidad. Por todos los cristianos, para que, fieles a las enseñanzas del Señor, contribuyan con la oración y la caridad fraterna, a restablecer la plena comunión eclesial, colaborando para responder a los desafíos actuales de la humanidad.

FEBRERO. Universal: Acoger a los necesitados. Por aquellos que están agobiados, especialmente los pobres, los refugiados y los marginados, para que encuentren acogida y apoyo en nuestras comunidades.

MARZO. Por la evangelización: Ayudar a los cristianos perseguidos. Por los cristianos perseguidos, para que experimenten el apoyo de toda la Iglesia, por medio de la oración y de la ayuda material.

ABRIL. Universal. Jóvenes por los jóvenes, para que sepan responder con generosidad a su propia vocación; considerando seriamente también la posibilidad de entregarse al Señor en el sacerdocio o en la vida consagrada.

MAYO. Por la evangelización: Cristianos de África, testigos de la paz. Por los cristianos de África, para que den un testimonio profético de reconciliación, de justicia y paz, imitando a Jesús Misericordioso.

JUNIO. Universal: Eliminar el comercio de las armas. Por los responsables de las naciones, para que se comprometan con decisión a poner fin al comercio de las armas, que causa tantas víctimas inocentes.

JULIO. Por la evangelización: Los alejados de la fe cristiana. Por nuestros hermanos que se han alejado de la fe, para que, a través de nuestra oración y el testimonio evangélico, puedan redescubrir la cercanía del Señor misericordioso y la belleza de la vida cristiana.

AGOSTO. Universal: Por los artistas. Por los artistas de nuestro tiempo, para que, a través de las obras de su creatividad, nos ayuden a todos a descubrir la belleza de la creación.

SEPTIEMBRE. Por la evangelización: Parroquias al servicio de la misión. Por nuestras parroquias, para que, animadas por un espíritu misionero, sean lugares de transmisión de la fe y testimonio de la caridad.

OCTUBRE. Universal: Derechos de los trabajadores y desempleados. Por el mundo del trabajo, para que a todos les sean asegurados el respeto y la protección de sus derechos y se dé a los desempleados la oportunidad de contribuir a la construcción del bien común.

NOVIEMBRE. Por la evangelización: Testimoniar el Evangelio en Asia. Por los cristianos de Asia, para que, dando testimonio del Evangelio con sus palabras y obras, favorezcan el diálogo, la paz y la comprensión mutua, especialmente con aquellos que pertenecen a otras religiones.

DICIEMBRE. Universal: Por los ancianos.

Para que sostenidos por las familias y las comunidades cristianas, colaboren con su sabiduría y experiencia en la transmisión de la fe y la educación de las nuevas generaciones.