Cruz Teresa Rosero

San Antonio de Padua (1195-1231)

SAN ANTONIO ES UN SANTO de devoción popular. Se lo invoca especialmente para encontrar los objetos perdidos y para pedir un buen esposo. Es además el patrón de las mujeres estériles, los pobres, los viajeros, los albañiles, los panaderos y los papeleros. St-Anthony-of-Padua-detail

Como dice la oración: “Tres grandes gracias te concedió el Señor; que las cosas perdidas fueran aparecidas, las olvidadas recordadas y las propuestas aceptadas. ¡Cuántos devotos llegarán a ti, diariamente a pedirte alguna de las tres, y tú jamás te niegas a concederlas!”

San Antonio de Padua, es un santo franciscano de origen portugués, sacerdote y doctor de la Iglesia. Nació en Lisboa, Portugal, en 1195. A los 15 años ingresó a los Canónigos Regulares de San Agustín, pero diez años después ingresó a los Frailes Menores Franciscanos donde adoptó el nombre de Antonio.

Su nombre de nacimiento era Fernando Martins. Sus padres fueron Martin de Alfonso, un caballero portugués, descendiente de nobles franceses (los Bouillon), y María de Taveira. Se lo llama san Antonio de Padua porque en esta ciudad italiana se entregó con tal ardor que su nombre quedó asociado a ella.

Conoció personalmente y escuchó a san Francisco de Asís en la fiesta de Pentecostés de 1222 en una reunión (Capítulo) que convocó a más tres mil franciscanos. Se llamó a este encuentro Capítulo de las Esteras debido a que muchos de los frailes asistentes durmieron en esteras. Concluida la reunión Antonio solicitó a fray Graziano, provincial de Romaña, Italia, que lo llevara consigo.

Fue nombrado predicador, y llegó a hacerlo tan bien que el mismo Pontífice, Gregorio IX lo llamó “Arca del Testamento”. La multitud que acudía a escucharlo le obligó a salir de las Iglesias para predicar al aire libre. Por petición del Cardenal Reinaldo Dei Segni (futuro Alejandro IV) escribió una serie de sermones según las fiestas del año litúrgico, especialmente la Cuaresma de 1231.

En el capítulo general de 1230, reunido con ocasión del traslado de los restos de san Francisco a su Basílica de Asís, pidió retirarse para descansar y terminar de escribir los sermones. En 1231, el 13 de junio sufrió un colapso y, ante el próximo fin, pidió que lo trasladaran a Padua. Así se hizo, aunque para evitar las multitudes se detuvieron cerca de Padua, en la Arcella, donde murió tras recibir la extremaunción y recitar los salmos penitenciales. No tenía aún cuarenta años, y había ejercido su intensa predicación poco más de diez.

El papa Gregorio IX lo canonizó el 30 de mayo de 1232, fiesta de Pentecostés, menos de un año después de su muerte. Goya lo plasmó como san Antonio de la Florida. Fue proclamado doctor de la Iglesia en el año 1946. Su fiesta se celebra el 13 de junio. Evangelizó con la palabra y con la acción. Como él decía: “El gran peligro del cristiano es predicar y no practicar, creer pero no vivir de acuerdo con lo que se cree”.