Santo del mes

San Ezequiel Moreno (1848-1906)

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San Ezequiel Moreno

Este gran sacerdote de la orden de los Agustinos Recoletos dejó huellas de santidad en las Filipinas y en Colombia, lugares donde sirvió como misionero. Es considerado como especial intercesor ante Dios por los enfermos del cáncer, enfermedad de la que murió. Fue beatificado por el papa Pablo VI en 1975 y canonizado por san Juan Pablo II el 11 de octubre de 1992, durante la celebración de la IV Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Santo Domingo, República Dominicana.

Nació en Alfaro, pequeña ciudad de la Rioja, en España. Sus padres, Félix Moreno y Josefa Díaz, sembraron y nutrieron la fe en él y en sus cinco hermanos. Su hermano mayor, Eustaquio, ingresó al Convento de los Agustinos Recoletos, en Navarra, y luego lo hizo él, en medio de tiempos dramáticos para la Iglesia.

La revolución liberal estaba afectando especialmente a los religiosos quienes sufrían destierros y despojos de bienes materiales. En estas circunstancias, y después de profesar sus votos religiosos, fue enviado a las Filipinas donde fue ordenado, aprendió el tagalo y ejerció allí su labor misionera durante quince años.

Volvió a España, donde fue nombrado superior del convento de Monteagudo para dedicarse a la formación de los futuros religiosos misioneros. Al llegar de Colombia una solicitud pidiendo misioneros voluntarios, el padre Ezequiel ofreció sus servicios y viajó a este país en 1888. Reactivó las misiones y sobresalió por sus dotes de predicador y confesor. Su voz resuena en sus cartas tanto personales como pastorales.

Por sus cartas sabemos de su amor al Corazón de Jesús. Ya siendo obispo, el 3 de mayo de 1903, y estando en la costa del Pacífico, les escribe a las hermanas de la Liga Santa de Víctimas del Sagrado Corazón: “Va ésta a decirles que las tengo presentes en el Sagrado Corazón de nuestro amado Jesús en estas soledades. ¡Qué consolador es tener por estos retiros a un Dios a quien amar y con quien tratar! ¡Y qué triste sería esto sin ese Dios amoroso!”

También lo caracterizó su amor por los enfermos. Hermanos de la Congregación y feligreses han dejado testimonio de que el padre Ezequiel mostró hacia ellos una abnegación y amor muy especiales en todos los lugares donde estuvo. Finalmente, él mismo experimentó el dolor y soledad de una enfermedad como la del cáncer. En 1905 fue diagnosticado con ella y ante las reiteradas súplicas de los fieles y de los religiosos de su Orden, al año siguiente volvió a España para operarse. La operación no tuvo éxito y San Ezequiel, firme en su fe, se retiró al convento de Monteagudo, España, donde murió en 1906. Su fiesta se celebra el 19 de agosto, día de su partida a la eternidad.

San Ezequiel Moreno, ruega por nosotros. Intercede especialmente por los que sufren de cáncer, y para que llegue la cura para esta enfermedad. ¡Gracias por tu amor a Dios y entrega a su pueblo!