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Trump y Clinton: la batalla por la Casa Blanca

La victoria de Donald Trump en las primarias del Partido Republicano ha dejado a muchos miembros del partido sorprendidos y decepcionados.

“Estoy en luto por mi partido republicano y mi comunidad hispana. No todos ustedes estarán de acuerdo con mi decisión y acepto eso. No voy a juzgar a nadie tampoco. Sin embargo, nunca, nunca, nunca voy a votar por el pequeño hombre naranja”, declaró la exsecretaria del tesoro Rosario Marín en su página de Facebook.

Rosario, quien sirvió en la administración de George W. Bush y recientemente fungió como vocera de campaña del excandidato Jeb Bush, se une a la lista de líderes republicanos que se niegan a darle su voto a Trump aunque esto signifique concederle una virtual victoria a la demócrata Hillary Clinton.

Clinton tampoco tiene el camino bordeado de rosas. Aunque los números de delegados y superdelegados señalan que su nominación es casi segura, su rival demócrata, Bernie Sanders, ha declarado que permanecerá en la campaña “hasta que el último voto sea contado”.

Sanders se ha referido al hecho de que la ventaja de Clinton proviene principalmente del apoyo que goza entre los dirigentes del partido —los llamados “superdelegados—, no de los votantes demócratas. “Hay algo absurdo cuando yo obtengo el 46 por cientos de los delegados que provienen de contiendas electorales reales, y un 7% de los superdelegados”, dijo Sanders al periodista Jack Tapper de CNN. “Unos 400 de los superdelegados de Hillary Clinton se unieron a su campaña antes de que ningún otro [candidato] anunciara su candidatura. Fue un acto de unción y es malo para el proceso”.

Los seguidores de Sanders se han hecho eco de sus críticas al proceso de las primarias demócratas. Tanto así, que en la convención del partido en Nevada el mes pasado hubo peleas y hasta amenazas contra la presidenta del Comité del Partido Demócrata, Debbie Wasserman Schultz.

Sanders ha declarado que ve muy difícil que su rival Clinton pueda subsanar las rupturas partidarias internas creadas en las primarias.

Las más recientes encuestas ciertamente confirman las palabras de Sanders y reflejan además el descontento general de los ciudadanos estadounidenses con los candidatos virtuales de ambos partidos.

Clinton y Trump empatan en una impopularidad histórica con más de la mitad de los votantes en su contra, según mostraba una encuesta publicada por The Washington Post y ABC News. El sondeo mostró que seis de cada diez votantes aseguraban tener una impresión negativa de Trump y Clinton, que empataban con un 57 % en índice de desaprobación.

Se trata de la primera vez en la historia moderna del país que los candidatos virtuales de los dos partidos mayoritarios tienen un rechazo tan alto entre los ciudadanos, tendencia que también corroboran otros sondeos recientes.

El 46 por ciento de los entrevistados sostuvo que rechaza a Trump “reiteradamente” frente al 45% que expresó lo mismo por la ex secretaria de Estado.

Trump también será el candidato presidencial estadounidense con mayor índice de desaprobación de la historia, según las cifras de la agencia de sondeos Gallup que muestran que entre un 60% y un 70% de los votantes encuestados no aprueban su candidatura.

Pero esto no le asegura la victoria a Clinton en noviembre. La misma encuesta muestra que ella también tiene índices enormes de desaprobación con alrededor de un 50%, según Gallup.

En una entrevista con ABC News, Bernie Sanders dijo que votar entre su rival Hillary Clinton o el virtual nominado republicano Donald Trump en noviembre supondría elegir “el menor de dos males”.

“Necesitamos unas elecciones que no tengan dos candidatos que son realmente muy impopulares. No quiero ver al pueblo estadounidense votando por el menor de dos males”, afirmó el senador.