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NUEVA YORK—. El cardenal Blase Cupich, arzobispo de Chicago, elegido por el Papa Francisco para formar parte del comité de planificación para la reunión del Vaticano sobre el abuso sexual en febrero, dice que el Papa está buscando la “participación plena de la Iglesia mundial para garantizar la protección de los niños del abuso sexual clerical en todo el mundo”.
En una entrevista exclusiva con The Tablet, Mons. Cupich aseguró que el comité está “comprometido en alcanzar resultados específicos de esta reunión que reflejen el pensamiento del Papa Francisco”.
Además del cardenal Cupich, el equipo nombrado por el Papa incluye al arzobispo Charles Scicluna de Malta, principal fiscal del Vaticano en materia de abuso infantil; el padre jesuita alemán Hans Zollner, miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores y jefe del Centro para la Protección de la Infancia en la Pontificia Universidad Gregoriana; y el cardenal Oswald Gracias de Mumbai, que también forma parte del consejo de asesores “C-9” del Papa.
En octubre, el cardenal Gracias expresó su preocupación en una entrevista con The Tablet sobre la cumbre de febrero.
“No puede ser un evento cosmético”, advirtió el cardenal Gracias. “Tendrá éxito o será un desastre para la Iglesia. [El Papa] no va a convocar a otra reunión seis meses después, o dos años después. Nadie va a venir y tomarlo en serio. Esto es muy importante”.
Al preguntársele si la gente debería estar preocupada por la reunión de febrero, el cardenal Gracias dijo: “Deberíamos, deberíamos”.
Si bien algunos observadores se sorprendieron de que el Cardenal Sean O’Malley, arzobispo de Boston, quien también encabeza la Pontificia Comisión para la Protección de Menores, no fuera nombrado para el grupo de planificación, el cardenal Cupich explicó que el cardenal O’Malley y la comisión participarán y serán consultados, junto con “clérigos y laicos, mujeres y hombres, que han demostrado experiencia y conocimientos en estas áreas”.
El cardenal Cupich recordó la visita del papa Francisco a los Estados Unidos en septiembre de 2015, cuando habló con las víctimas de abuso sexual y les dijo que “las palabras no pueden expresar plenamente mi pesar por el abuso que han sufrido. Ustedes son preciosos hijos de Dios que siempre deben esperar nuestra protección, nuestro cuidado y nuestro amor. Lamento profundamente que su inocencia haya sido violada por aquellos en quienes confiaban”.
El cardenal dijo que “el Santo Padre entiende bien nuestro sufrimiento” en los Estados Unidos, pero también enfatizó que la cumbre de febrero buscará abordar el tema para la Iglesia global.
“Es importante tener en cuenta que al convocar a una reunión global, está indicando que entiende que es un problema que afecta a toda al Iglesia, y quiere reforzar nuestro compromiso compartido para establecer la capacidad de respuesta, la responsabilidad y la transparencia necesarias”, agregó el cardenal Cupich.
“Una y otra vez, ha demostrado que para él la protección de los niños y el acompañamiento de aquellos que han sido perjudicados es una prioridad de todo el pueblo de Dios y una de nuestras misiones fundamentales”, dijo.
Mons. Cupich también reveló a The Tablet que, al convocar a todos los presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo a Roma, el Papa está buscando una comprensión integral de los fallos pasados, así como hallar soluciones globales que nos permitan avanzar.
“Eso significa, en primer lugar, asegurarse de que todos los líderes de la Iglesia tengan un entendimiento completo y de primera mano del impacto del abuso sexual clerical en las víctimas cuando no se cumple con esa norma. También significa nombrar y asumir la responsabilidad por nuestras faltas para asegurarnos de que no se repitan. Por supuesto, para asegurarnos de que no se repitan se requerirá que todos los niveles de la Iglesia, ya sea local, regional, nacional hasta universal, asuman su responsabilidad”, dijo.
“Con ese fin, debemos definir estas responsabilidades particulares con mayor claridad y establecer la capacidad de respuesta, la transparencia y la responsabilidad, en particular para los obispos”, agregó.
El cardenal Cupich sabe de que los católicos de todo el mundo esperan resultados concretos de esta reunión, pero también resaltó que para enfrentar el problema del abuso sexual se necesitará una transformación más profunda.
“El Papa Francisco está pidiendo un cambio de cultura, es decir, una reforma en la forma en que nos acercamos al ministerio, ya que además de ser un delito, el abuso sexual de menores por parte de clérigos tiene que ver con la corrupción de nuestro ministerio. Es por eso que esta reunión debe entenderse como parte de un compromiso a largo plazo con la reforma, ya que una simple reunión no resolverá todos nuestros problemas”, dijo.
Para el cardenal el encuentro de febrero debería verse como el inicio de un proceso que requerirá la participación de la Iglesia mundial, no solo iniciativas centradas en Roma.
“Esta reunión es el comienzo de una reforma mundial que deberá ser continua e incluirá un proceso de iniciativas a nivel regional, nacional y diocesano”, concluyó.