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(CRUX) ROMA – El destacado académico impulsor de la causa de canonización del célebre escritor G.K. Chesterton ha publicado un nuevo libro en el que defiende la santidad del prolífico autor del siglo XX, respondiendo a los críticos que no lo consideran digno de llevar un halo.
Dale Ahlquist, presidente de la American Chesterton Society y la Sociedad de Gilbert Keith Chesterton, publicó en diciembre de 2018 Knight of the Holy Ghost, que explora la vida y los escritos de Chesterton y responde a los argumentos de quienes alegan que estaba demasiado obseso, bebía en exceso, era un fumador empedernido y albergaba sentimientos antisemitas.
En comentarios a Crux, Ahlquist dijo que cuando la gente piensa en Chesterton, a menudo se preguntan: “¿Cómo es posible que un periodista londinense de 300 libras fumador de puros sea un santo? No se ajusta a la imagen que nos hemos hecho de los santos, debido a su tamaño asombroso y a ese halo de humo alrededor de su cabeza”.
Sin embargo, mientras que el famoso autor podría no encajar en la lista de santos piadosos del pasado que rezaron para llegar al cielo en monasterios y conventos, según Ahlquist exhibió una humildad heroica. En su opinión, Chesterton era “un gran genio que realmente tenía la capacidad de aniquilar a sus adversarios si lo deseaba, pero siempre los trataba con compasión”.
“Siempre les dio a todos el beneficio de la duda. Nunca alardeaba de su gran genialidad, y hacía que todos se sintieran mejor con ellos mismos”, dijo, expresando su esperanza de que la causa de la santidad de Chesterton, que recientemente terminó las etapas iniciales, avanzara pronto.
Gilbert Keith Chesterton, uno de los escritores más conocidos del siglo XX, nació el 9 de mayo de 1874 y murió el 14 de junio de 1936. Convertido al catolicismo, fue considerado uno de los escritores más influyentes de su tiempo.
Aunque en Estados Unidos se le conoce más por su libro Ortodoxia, una defensa innovadora del cristianismo, Chesterton es más famoso en su tierra natal por su serie del Padre Brown, sobre un detective sacerdote más dedicado a convertir a los criminales que atrapa que a encarcelarlos.
En 2013, el Mons. Peter Doyle, obispo de Northampton, ordenó que se abriera una investigación inicial sobre la posibilidad de la santidad de Chesterton y seleccionó al padre John Udris, su asesor canónigo, para la tarea.
Udris completó su investigación preliminar en el verano de 2018 y presentó su informe final al Obispo Doyle. Según Ahlquist, el siguiente paso sería que Doyle lo presente a la Congregación para las Causas de los Santos del Vaticano para un nihil obstat, es decir, una declaración de que “nada se interpone en el camino” de la causa en el futuro.
Una vez que eso suceda, se nombrará un “peticionario”, es decir, el que solicite formalmente que se abra la causa, y nombrará a un postulador encargado de llevar adelante la causa.
Ahlquist no sabe si alguno de estos pasos se ha tomado todavía, pero expresó su esperanza de que pronto habrá un nuevo movimiento y que la Sociedad de Gilbert Keith Chesterton sea elegida como peticionario.
“Esperamos que sea muy pronto”, dijo, destacando que mientras tanto la devoción a Chesterton continúa creciendo no solo en Inglaterra, sino también a nivel internacional, con una gran parte de los devotos procedentes de lugares tan distintos como Estados Unidos, Italia, Croacia, Brasil y Argentina.
Una de las intenciones principales por las que la gente pide la intercesión de Chesterton es la fertilidad, dijo Ahlquist, señalando que Chesterton y su esposa Frances no podían tener hijos. Otras personas piden curación, dijo, señalando que ya se han presentado casos potenciales de curaciones que podrían presentarse como posibles milagros más adelante en el proceso de canonización.
Los principales escollos, dijo, son acusaciones de antisemitismo y falta de templanza, ya que Chesterton era un hombre grande que fumaba y bebía en exceso, y que murió después de que el partido nazi ya había llegado al poder en Alemania, pero antes del Holocausto.
Llamar a Chesterton antisemita es “una trágica caricatura, porque simplemente no es cierto”, afirma Ahlquist, quien además insiste en que, a pesar de su corpulencia, Chesterton no era un hombre glotón. Más bien la mayoría de los relatos sobre su vida sugieren frugalidad, lo que significa que probablemente padecía de algún trastorno glandular que le hizo ganar peso, dice.
“En cuanto a sus hábitos a la hora de beber, lo hacía de una manera socialmente aceptable, no era un bebedor solitario o un borracho. Sobre el hecho de que “defendía la bebida en el momento de la prohibición, debe recordarse que estaba luchando contra los puritanos”, agrega Ahlquist.
Desde el punto de vista de Ahlquist, Chesterton fue “profético” en sus escritos, hablando de una crisis moderna en política, educación, economía y la a veces problemática relación entre la familia y el estado, a pesar de haber muerto hace casi 100 años.
“Él realmente aporta una visión importante en la interpretación católica del mundo moderno. La otra cosa es que él realmente representa a un cristiano alegre. “Que aporta su ingenio y alegría a la fe”, dice Ahlquist, comparando a Chesterton con santo Thomas Moro, el escritor y mártir inglés del siglo 15.
Además de compartir el humor y la inteligencia de Chesterton, “santo Tomás Moro es más importante ahora que en su tiempo, y esa vigencia se seguirá incrementando con el futuro”, asegura Ahlquist, agregando que espera esa misma dinámica suceda con Chesterton.
Habiendo escrito cientos de libros y miles de ensayos, Ahlquist dijo que sería imposible decir que una de las obras de Chesterton es más importante que otra, aunque señaló los escritos de Chesterton sobre los santos y la apologética, así como su serie sobre el Padre Brown, entre otras más notables.
Lo que convierte a Chesterton en un gran escritor de misterio, analiza Ahlquist, es que “te revela esa verdad que has tenido frente a ti sin verla, que es esencial para la actividad de los detectives, y esto también se puede extender a la fe”.
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Elise Harris es una periodista de Denver que actualmente trabaja como Corresponsal Senior de Crux en Roma, cubriendo el Vaticano y la Iglesia mundial. Antes de unirse al equipo de Crux, trabajó con CNS, primero como asistente de gestión de contenidos y multimedia en Denver, y luego como Corresponsal Principal en Roma cubriendo las noticias del Vaticano. Elise se graduó de periodismo por la Universidad del Norte de Colorado en 2010 y tiene títulos en filosofía y comunicaciones. Puedes seguirla en las redes en @eharris_it