¡Los últimos tres días han sido de tanta bendición para mi vida espiritual! Dios ha hablado cosas nuevas en mi corazón, también me ha recordado palabras que ya hace tiempo Él había depositado en mí y lo necesario que es hacer referencia de esto a su pueblo una vez más.
El lunes estábamos todos los líderes reunidos (anglos, latinos, coreanos, filipinos, haitianos y vietnamitas) y Dios empezó a decir por boca de uno de ellos, “Dios quiere llenarnos con su poder”. De inmediato pude escuchar la voz de Dios decir en mi interior, “¿Cómo puedo llenar algo que tiene agujeros?” Dios nos está pidiendo que examinemos nuestras vidas para poder reconocer donde están los agujeros por los cuales se está escapando la unción y la Gracia de Dios. ¡Créelo!
¿Qué área de nuestra vida tiene agujeros? A simple vista, estos agujeros no son visibles. Me explico, Dios me mostró una llanta de carro y como a simple vista parecía estar llena, pero poco a poco el aire se le salía. Esto sucedía por varias razones:
1- Por el constante rodar y viajar.
2- Porque la carga puesta sobre ella es muy pesada y con el tiempo la carga provoca que el aire se escape de la llanta.
3- Sin querer, al correr en el camino, un clavo se introdujo en la llanta.
4- Alguien a propósito metió un clavo en la llanta.
Es imposible llegar a tu destino con una llanta vacía, y lamentablemente, muchos líderes andan sin fuerzas, sin ánimo y sin aire en sus llantas.
Lo curioso de todo es que para descubrir donde falla la llanta hay que sumergirla en agua y al hacerlo, se ve claramente donde está el agujero y así poder arreglarlo. Sé que hemos oído esto tantas veces, pero me imagino que Dios lo seguirá repitiendo hasta lograr que le seamos fieles y le obedezcamos. “Necesitamos un Nuevo Pentecostés, necesitamos ser bautizados en el fuego de su Santo Espíritu para que así toda oscuridad de nuestras vidas pueda desaparecer de una vez y por todas”.
¿No estás cansado de la inconsistencia en tu vida espiritual y en la vida de tus líderes y los jóvenes que te rodean? Claro que no estamos cansados hasta el punto de rendirnos (aunque a muchos se nos pase por la cabeza) pero sí hasta el punto de preguntar ¿hasta cuándo?
A propósito del tema del agua, te quiero comentar lo que me sucedió en la noche, cuando todos estábamos en la capilla orando unos por los otros y los líderes haitianos estaban orando por una de sus hermanas y me pidieron que por favor les ayudara a orar por ella. Tomé mi mano, la puse sobre sus hombros y de inmediato Dios me mostró una visión:
Había un río que corría, pero no podía pasar al otro lado. Una puerta estaba bloqueando el fluir del agua en el otro lado del río, todo estaba seco, muerto y sin vida, pero mientras oraba por la hermana, el río se levantaba con más y más fuerzas hasta que logró derribar la puerta y pasar al otro lado. Cuando esto sucedió, Dios me dijo estas aguas son aguas de sanación, vida y restauración.
Acabada la oración, le dije a la hermana lo que Dios me había mostrado mientras oraba. Ella me dijo que había sido operada hace 6 meses del hombro donde yo tenía mi mano puesta. Añadió que desde que ella sintió mi mano sobre su hombro, pudo sentir un río de agua correr por su brazo al punto de casi llorar. La mañana siguiente estábamos todos reunidos de nuevo y preguntaron: “¿Dios, qué nos había dicho anoche durante la oración?” Fue ahí cuando Dios hizo sentir en mi corazón que el mensaje que le había dado a la hermana no era solo para ella sino que era para todos.
De inmediato, la hermana comenzó a expresar lo que había pasado anoche y como ella no podía dormir o mover el brazo por el dolor, pero en la mañana se despertó sin dolor y con su hombro totalmente sano para la gloria y honra de Dios. Esto provocó que todos los líderes se levantaran y pidieran que las aguas del Señor derrumbaran las puertas y barreras en sus vidas. Esa mañana Dios se movió con tanto poder en nuestras vidas, sin duda pude percibir cuan necesario es que todos nosotros hagamos este clamor por nuestra nación, comunidad, parroquia, jóvenes y por nuestra Iglesia. La noche anterior mientras adorábamos a Jesús en la Eucaristía, pude oír la voz de Dios que decía a mi corazón: “Necesito que esta generación de jóvenes haga un Pacto de Pureza conmigo”. De igual forma compartí esto con los líderes ahí presentes, para que ellos oraran y confirmaran esa palabra.
Dios está pidiendo que hagamos un Pacto de Pureza con Él, al orar con todos los líderes Dios revelaba que quería que hiciéramos un tipo de documento que los jóvenes puedan firmar. Éste será la señal de que ellos se comprometen a vivir en pureza para Dios. Esta semana voy a empezar a escribir este pacto y me encantaría compartirlo con ustedes también. ¿Se imaginan lo que Dios puede hacer con una generación que le ame con pasión y pacte vivir en pureza para Él? ¡Sería increíble lo que puede pasar!
¡Un abrazo en Jesús y María! Espero su respuesta.