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Administración Trump desiste de suspender las visas a estudiantes extranjeros

Los universitarios se hubieran visto obligados a regresar a casa para tomar las clases online.

BROOKLYN HEIGHTS — Los estudiantes que vinieron a los Estados Unidos para asistir a la universidad, están suspirando aliviados después de que la administración Trump revirtiera las clases y rescindiera una directiva que los habría despojado de sus visas y los obligaba a regresar a sus países de origen para continuar sus estudios online durante la pandemia del COVID-19.

La directiva, ahora revocada, cae bajo el Programa de estudiantes y visitantes de intercambio y fue anunciada el pasado 6 de julio por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés). Los estudiantes internacionales cuyas escuelas planean para el nuevo semestre pasar a un modelo de aprendizaje virtual e impartir solamente clases online, corrían el riesgo de ser deportados.

Miguel Martínez-Sáenz, presidente de St. Francis College en Brooklyn, dijo que los estudiantes y maestros de su recinto están satisfechos con este acontecimiento.

“Esta es tremenda noticia”, dijo, y agregó que hasta “el personal estaba eufórico”.

Funcionarios de la Universidad de St. John, en Queens, encomiaron el cambio radical en la decisión del gobierno.

“La noticia de que la administración ha rescindido la directiva que habría prohibido a los estudiantes internacionales permanecer en los campus que ofrecen instrucción online este otoño es un alivio para todos los estudiantes, sobre todo a los estudiantes internacionales de la Universidad de St. John”, dijeron funcionarios de la universidad en un comunicado.

La directiva de ICE habría sido una tragedia para muchos estudiantes, según Arkelino Hila, quien es natural de Albania y estudiante de segundo año en St. Francis College.

“No todas las universidades podrán tener clases híbridas”, dijo, refiriéndose a los planes de muchas escuelas de ofrecer al menos algo de instrucción en las aulas, que complementarían con clases online.

Arkelino Hila dijo que no le preocupaba su caso, porque St. Francis College planea implementar el aprendizaje híbrido para el semestre de otoño, pero sí se sintió mal por otros estudiantes cuyas escuelas no les ofrecen la misma opción.

Regresar a casa podría arruinar las perspectivas educativas para los estudiantes de los países más pobres, dijo Arkelino, quien está haciendo una especialidad en tecnología de Internet.

“Son personas que tienen problemas con la conexión de Internet”, dijo, y también señaló que la diferencia horaria es otro factor, ya que algunas clases online podrían impartirse durante horas demasiado tempranas en el país de origen de un estudiante.

Técnicamente, la nueva regla habría eliminado una exención que ICE había anunciado previamente el 13 de marzo, que permitía a los estudiantes internacionales con visas permanecer en los EE.UU., incluso si tomaban la mayoría de sus clases online.

Diecisiete estados y el Distrito de Columbia se unieron para presentar una demanda para impedir que ICE pusiera en práctica esta nueva política, y la Fiscal General del Estado de Nueva York, Letitia James, presentó otra demanda por separado.

La Universidad de Harvard y el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) también acudieron a los tribunales para tratar de evitar que la directiva entre en vigencia.

Fue durante una audiencia por la demanda de Harvard-MIT, el pasado 14 de julio, que se supo que el gobierno rescindió la nueva regla.

Steve Maggi, abogado de inmigración en la ciudad de Long Island, dijo que los demandantes habrían tenido que demostrar que la directiva de ICE habría causado un daño irreparable. Steve Maggi no fue parte de ninguna de las demandas, pero reconoció que tiene varios clientes que permanecen en los Estados Unidos con visas de estudiante.

“Es una increíble sensación de pánico”, dijo, describiendo la reacción en la comunidad inmigrante cuando se anunció tal decisión.

Steve Maggi imputó que la directiva, que esencialmente habría obligado a los colegios y universidades a limitarse a las clases en las aulas, “va en contra de la realidad actual”, en un momento en que “el virus continua aumentando en muchos lugares”.

La Asociación de Colegios y Universidades Católicas (ACCU, por sus siglas en inglés) también condenó la amenaza de deportación de la administración Trump.

“Estos son jóvenes que ya han sido investigados por el gobierno de los Estados Unidos, con autorización para estudiar aquí, y ahora están a mitad de camino en sus programas de educación”, dijo la ACCU en un comunicado. “Enviarlos de regreso a casa, sin un título, los obligaría a comenzar sus vidas simplemente porque una universidad está tratando de mantener a sus profesores y estudiantes seguros, ya que los niveles de contagio siguen siendo impredecibles”.

Durante el año académico 2018-2019, hubo aproximadamente un millón de estudiantes internacionales que estudiaron en los Estados Unidos, según un informe de Open Doors 2019, emitido conjuntamente por el Instituto de Educación Internacional y el Departamento de Estado de los EE.UU.

El informe también indicó que los estudiantes extranjeros invirtieron US$ 44.7 mil millones en la economía de los Estados Unidos durante ese año académico.

Martínez-Sáenz dijo que estaba desconcertado por la reciente jugada de ICE: “No entiendo cuál fue su motivación”.

Los estudiantes internacionales representan aproximadamente el 10 por ciento de la matrícula estudiantil en St. Francis College, con 80 países representados en su alumnado.

La directiva también habría perjudicado a los estudiantes en un nivel práctico, según Martínez-Sáenz.

“Muchos de ellos tienen apartamentos aquí; firmaron contratos de arrendamiento”, dijo.

Martha Lakhan, quien comenzará su segundo año en el St. Francis College, dijo que se asustó cuando escuchó sobre la directiva. Martha es natural de Trinidad y Tobago, un país que ha cerrado temporalmente sus fronteras.

“Mi primera reacción fue de pánico”, dijo, pero se tranquilizó cuando se le informó que su escuela iba a ofrecer un modelo de educación híbrido.

Martha Lakhan, que vive en Flatbush, planea una doble especialización en artes de la comunicación y gestión empresarial. Cuando le preguntamos si había algo sobre los estudiantes internacionales que creía que los estadounidenses deberían saber, dijo que las personas no deberían hacer suposiciones.

“El hecho de que venimos de un país diferente no significa que somos diferentes a los estadounidenses”, dijo Martha.

Arkelino Hila, que vive con familiares en Coney Island, dijo que los estudiantes internacionales solo quieren ser tratados de manera justa.

“Hemos invertido dinero. Hemos invertido pasión. Hemos invertido tiempo”, dijo. “Solo necesitamos justicia”.