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Los políticos, los científicos y la pandemia: ¿Quién lleva la delantera?

El tradicional regreso a clases y el uso de mascarillas encabezan la lista de los más candentes asuntos políticos de la era del coronavirus en Estados Unidos.

El presidente Donald Trump exigió la reapertura de todas las aulas, y lanzó amenazas a las ciudades y distritos escolares que han decidido mantener un modelo híbrido de clases ante el alarmante aumento de las cifras de contagios en Florida, Texas, California y Arizona, entre otros estados.

“Ahora que hemos sido testigos de primera mano y a gran escala, sabemos que el aprendizaje virtual es terrible comparado con la enseñanza en persona. No se compara. Las escuelas tienen que abrir en el otoño. Si no abren, no veo por qué el gobierno federal tiene que asignarles fondos. ¡No lo haremos!”, advirtió el presidente a través de su cuenta de Twitter.

Decenas de ciudades, distritos escolares y entidades médicas están en desacuerdo, pero la complicada reapertura muestra numerosos escenarios en los que se deben balancear los peligros de contagio en las aulas y las necesidades de los estudiantes y sus padres, quienes representan el motor de la fuerza laboral que impulsa la economía del país.

“Si están en una región del país donde la dinámica de contagio es realmente mínima, entonces no hay problema en cuanto a regresar a las escuelas. Si están en la situación de un nuevo brote, hay que dejarlo en las manos de las autoridades locales”, dijo el experto número uno del país en enfermedades infecciosas, Anthony Fauci, en un evento de la Universidad de Georgetown.

El presidente Donald Trump durante una rueda de prensa en la Casa Blanca en Washington el 15 de mayo de 2020, junto a la Dra. Deborah Birx, coordinadora de respuesta al coronavirus de la Casa Blanca, y al Dr. Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.

En la ciudad de Nueva York, el semestre escolar iniciará el 10 de septiembre y las escuelas reabrirán sus planteles con opciones para los estudiantes. Las instalaciones deberán contar con planes de clases presenciales y virtuales, en caso de que algunos padres decidan que no es seguro mandar a sus hijos a las aulas.

También se ofrecerán planes mixtos de aprendizaje, en los que los padres podrán escoger enviar a sus hijos a la escuela por un periodo dado y luego dejarlos en casa aprendiendo en línea. También se contemplan horarios diferentes entre grados escolares para mantener a un mínimo el número de niños en las aulas.

El gobernador neoyorquino, Andrew Cuomo, puntualizó que apoya “la idea de que las escuelas se preparen con diferentes alternativas,” para ofrecer una educación óptima, asegurándose de que el coronavirus esté controlado y que el regreso a clases no provoque una nueva oleada de contagios.

En Los Ángeles, el segundo distrito escolar más grande del país, las clases comenzarán el 18 de agosto y serán virtuales en lo que resta del año, según anunció el superintendente Austin Beutner, tras el inusitado aumento en los contagios de coronavirus en las últimas semanas.

“Seré claro. Todos sabemos que el mejor lugar para aprender es en la escuela, pero estamos yendo en la dirección equivocada y por mucho que querramos regresar a las aulas, no podemos hacerlo hasta que sea seguro y apropiado”, dijo Beutner ante la prensa, a la vez que hizo un llamado a las autoridades estatales y federales para que asignen fondos para seguir haciendo pruebas y rastreos de personas infectadas.

En el estado de Florida, donde el repunte del virus continúa a un ritmo alarmante, el secretario de educación, Richard Corcoran emitió una orden ejecutiva que exige la reapertura de aulas en agosto con una diversidad de servicios para que los alumnos puedan regresar de manera segura.

“Tenemos la necesidad de abrir escuelas por completo para garantizar la calidad y la continuidad del proceso educativo, el bienestar integral de los estudiantes y las familias y un regreso que alcance su pleno ritmo económico en Florida”, acentuó Corcoran.

Pero las tasas de contagio y hospitalizaciones van de subida en el estado, especialmente en los condados sureños de Miami-Dade, Broward y Palm Beach, donde se contemplan nuevos cierres y toques de queda. En Texas, donde el coronavirus ha hecho su trágico agosto, el comisionado de educación Mike Morath anunció que las escuelas de las regiones más afectadas podrán continuar sus clases en línea hasta por ochos semanas, en lo que bajan las cifras de contagio.

Pero el contagio sigue en aumento en más de la mitad del país que aún debate el uso de mascarillas como un asunto político. De un lado, unos se rehúsan a usarlas reclamando su libertad civil, mientras que otros intentan frenar una catástrofe en un momento histórico donde la pandemia parece llevar la delantera de una carrera sin riendas que podría estar encaminada hacia el abismo si no se ponen de acuerdo la política y la ciencia.

Los hospitales están al borde de su capacidad en muchas zonas del país y los médicos de las salas de intensivo advierten que el resurgimiento de la pandemia esté apenas comenzando. Los rebrotes tras las reaperturas de las regiones que habían estado en cuarentena desde abril han ocasionado que se activen órdenes de llevar mascarillas u otras coberturas faciales en al menos la mitad del país.

“Por favor, por favor, por favor, utilicen mascarilla cuando estén en lugares públicos. No es una supresión de la libertad”, señaló el cirujano general del país, Jerome Adams.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan que las personas se cubran la boca y la nariz cuando estén cerca de otras personas para ayudar a reducir la propagación del coronavirus.