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Comisión Mons. Ford concientiza y difunde la devoción al misionero nacido en Brooklyn

La causa de canonización del obispo Francis Xavier Ford (1892-1952) está recibiendo la ayuda de un grupo de clérigos y laicos dedicados a difundir el mensaje sobre su legado. La Comisión Mons. Francis Xavier Ford, M.M. planea intensificar sus esfuerzos para obtener apoyo, incluida la ayuda financiera, para que el misionero Maryknoll nacido en Brooklyn sea santificado.

Mons. Nicholas DiMarzio anunció la formación de la Comisión en 2017, en el centenario de la ordenación de Francis Xavier Ford. Entre sus funciones, la comisión crea conciencia sobre el obispo Ford, anima a los católicos a orar por su intercesión y ayuda a recaudar fondos para la causa de canonización. “La idea es promover la causa”, declaró Mons. DiMarzio.

Según el obispo auxiliar Raymond Chappetto, vicario general de la Diócesis de Brooklyn, el grupo está a la búsqueda de nuevos integrantes que ayuden a cumplir su misión. Mons. Chappetto sirve como intermediario entre el obispo DiMarzio y la Comisión Mons. Francis Xavier Ford, y es portavoz oficial de dicho grupo.

Actualmente la comisión se conforma de 75 miembros. “Me gustaría que hubiera más”, confesó el obispo Chappetto. “Cuanto más podamos hacer para difundir la devoción, mejor”. Hay diferentes niveles de membresía, incluidas membresías anuales de US$25 al año para individuos y US$50 al año para familias, además de membresías de por vida de US$500 por persona y US$1,000 por familia.

Los líderes de la comisión están mirando al futuro, cuando termine la pandemia del COVID- 19 y los miembros puedan realizar actividades de divulgación pública, dijo Mons. Kevin Noone, su moderador espiritual. “El obispo Chappetto y yo podemos dar charlas en las iglesias”, dijo Mons. Noone.

La organización está intensificando su trabajo en un momento en que ha aumentado el interés por el obispo Ford. En enero, nuestro canal de televisión NET-TV emitirá un documental sobre la vida de Mons. Ford: “Francis X. Ford, Siervo de Dios”. “Es una figura prominente en la vida y la historia de la diócesis”, declaró Mons. Chappetto. Mons. Ford fue misionero en China durante 34 años y murió en un campo de prisioneros en 1952, después de soportar torturas y privaciones a manos del gobierno comunista.

Mons. John Vesey, párroco de la Iglesia St. Michael, en Flushing, también sirvió como misionero en China y muchos en la diócesis le atribuyen el mérito de ser la fuerza impulsora en este esfuerzo de canonización.

“Tiene ese espíritu misionero. La causa del obispo Ford es fundamental para él”, señaló el obispo Chappetto. Según Mons. Vesey, el obispo Ford merece la santidad. “Este era un hombre de fe arraigada que siempre quería compartir con todos. Fue muy inteligente al respecto. Fue único porque no intentó forzar el colonialismo en China. Quería que mantuvieran su cultura. Quería vocaciones nativas”, recuerda Mons. Vesey.

El obispo DiMarzio dijo que Mons. Ford poseía una enorme perspicacia: “Él entendía cómo pensaba el pueblo chino y los respetaba”. Mons. DiMarzio abrió una investigación inicial sobre el obispo Ford, decidió que calificaba para la santidad y lo declaró Siervo de Dios, designación que los obispos tienen la autoridad de otorgar.

Luego el obispo de Brooklyn recibió autorización del Vaticano para comenzar una investigación más a fondo, para iniciar el proceso que podría conducir a la canonización. La diócesis está trabajando con la Sociedad Maryknoll en este esfuerzo. Se formó una comisión teológica para investigar la vida del obispo y examinar sus artículos para asegurarse de que nada de lo que escribiera estuviera en desacuerdo con la doctrina católica.

El examen de los escritos del obispo Ford todavía se está llevando a cabo, aunque el padre Kevin Hanlon, M.M., sacerdote de la comisión, dijo que parte del proceso está concluyendo.

La investigación sobre la vida del obispo Ford es algo más sencilla porque dejó atrás muchos artículos. “Era un escritor prolífico”, dijo Mons. Noone. Todos los involucrados en el esfuerzo están convencidos de que el obispo Ford llevó una vida santa. “Ciertamente merece ser santo”, confesó el padre Hanlon. “El pueblo de Dios necesita saber de su existencia. Encarnaba el autosacrificio”. “En vida recorrió un largo y doloroso calvario”, dijo el obispo Chappetto.

Según el obispo DiMarzio, las lecciones de la vida del obispo Ford como misionero resuenan hoy en la diócesis, que a menudo es llamada “la Diócesis de Inmigrantes”. “Tenemos muchísimos fieles que han venido de otros países. Tenemos que respetar su visión de la iglesia. En ese sentido, somos misioneros”, dijo.

Para unirse a la comisión, descargue, imprima, rellene y envíe por correo el formulario de solicitud a continuación.

https://thetablet.org/wp-content/uploads/2021/01/BishopFordForm.pdf