Norberto Hernández, mejor conocido como “Charlie”, es un reconocido entrenador de perros que vive en Corona, Queens. Charlie nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 13 de junio de 1968, pero desde 1984 vive en Nueva York.
Llegó a Estados Unidos por las mismas razones que la mayoría de los inmigrantes, “buscando un mejor futuro”. Desde pequeño Charlie sintió un gran amor por los perros. “Yo nací con eso, desde que tengo uso de razón siempre estaba con perros, siempre me gustaron”.
Charlie asegura que su habilidad para entrenar perros la descubrió solo. “Eso lo fui desarrollando poco a poco, quizás por el amor que le tengo a los animales y por el tiempo que le dedico a ellos”.
Por eso es aun más admirable ver a sus perros pararse en dos patas contra la pared, cuando él le dice a uno de sus canes, Chica, que viene la policía o cuando le dice a Millie que camine como militar o se suba a su espalda. “Estoy capacitado para cualquier tipo de entrenamiento. Con el perro hay que tener paciencia y tener tiempo, porque esto no se hace de un día para otro”, nos cuenta Charlie.
No hay un tiempo determinado para el entrenamiento de un perro. “Hay perros que están frustrados. Para enfrentarte a un perro de esos, primero tienes que quitarle la frustración para que el perro pueda acercarse a ti y que no tenga temor de trabajar contigo”.
“Hay perros que dan muchas señales cuando están asustados, están nerviosos o les han pegado o tienen alguna frustración, pero también hay perros que han nacido con problemas mentales. Tú tienes que saber si el perro está en perfectas condiciones para trabajarlo”, agrega Charlie.
Charlie tiene una teoría para mejorar el comportamiento de los perros: “El perro se corrige, no se le pega. Con una actitud firme tú le dices ‘no, aquí no’”.
Este dominicano admira a César Millán, el reconocido encantador de perros, porque “él no entrena perros, sino que educa a las personas”. Y eso es precisamente lo que Charlie considera básico para mejorar el comportamiento de los perros.
En su escuela de perros en esta tarde de otoño, Charlie tiene ocho perros que entrena y cuatro propios. “El caballo se domina por la boca, el toro por la nariz y el perro por el cuello”. explica Charlie. “El perro trabaja por tres razones: por el dueño, por comida y por juguetes o cariño”.
Charlie está casado y tiene seis hijos, es fanático de los Mets y desde hace siete años va al Citi Field junto a Chica, la más fiel hincha de cuatro patas del equipo. A cada partido ella llega con la camiseta y la gorra de los Mets, además de tener las uñas pintadas de naranja y azul, usar gafas oscuras y una pipa.
Charlie ha estado en diferentes programas de televisión: estuvo cuatro veces en el reconocido show de Don Francisco. Y para él definitivamente el perro sí es el mejor amigo del hombre. “La persona puede entender más, y a veces escuchamos pero no entendemos, mientras que el perro escucha más”.
