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Iglesia Santa Brígida conmemorará aniversario de la muerte del padre Jorge Ortiz-Garay

WYCKOFF HEIGHTS — La iglesia Santa Brígida se prepara para conmemorar un hito trágico: el primer aniversario de la muerte del padre Jorge Ortiz-Garay, el primer sacerdote católico en los Estados Unidos en morir de COVID-19.

El padre Ortiz-Garay, quien era párroco de la iglesia Santa Brígida, murió de complicaciones relacionadas con el coronavirus el 27 de marzo de 2020, a los 49 años.

Además de su papel como pastor, el sacerdote nacido en México fue director del Apostolado Mexicano para la Diócesis de Brooklyn.

Este sábado 27 de marzo se celebraran cuatro misas (9 a.m., 11 a.m., 12:30 p.m. y 2 p.m.) en la iglesia Santa Brígida, en el 409 Linden St.

Según el padre Carlos Velásquez, actual párroco de Santa Brígida, se celebrarán múltiples misas debido a las restricciones del COVID-19 que obligan al distanciamiento social limitando el número de personas que pueden asistir.

Mons. Nicholas DiMarzio, obispo de Brooklyn, será el celebrante principal en la Misa de las 11 a.m. Los celebrantes de las otras Misas son el Obispo Auxiliar Mons. Paul Sánchez (9 a.m.), el Padre Velásquez (12:30 p.m.) y el Obispo Auxiliar Mons. Raymond Chappetto (2 p.m.).

El padre Velásquez llegó en junio a una parroquia de luto.

“Fue un año muy duro para todos debido a la pandemia. Este barrio se vio especialmente afectado. Tuvimos alrededor de 100 personas que murieron de COVID en la parroquia”, dijo. “Entre esos 100, obviamente, estaba el padre Jorge. Perder al pastor justo al comienzo de la pandemia fue muy difícil para la comunidad. La pandemia recién comenzaba cuando el padre Jorge falleció”.

El padre Joseph Dutan, vicario parroquial de Santa Brígida, cuidó del padre Jorge en sus últimos días, cuenta el padre Velásquez, “y de la parroquia cuando no tenía un párroco”.

El año pasado ha sido difícil, pero hay señales esperanzadoras, dijo el padre Velásquez: “Este ha sido un tiempo de gran curación y de tratar de reavivar nuestra fe”.

También el padre Baltazar Sánchez Alonzo, quien fue nombrado director del Apostolado Mexicano tras la muerte del padre Ortiz-Garay, celebrará una misa por su eterno reposo el viernes 26 de marzo a las 20:30 horas. en la iglesia de Santa Brígida.

El trabajo del Padre Ortiz-Garay para el Apostolado Mexicano fue legendario, según el Padre Alonzo.

“Había parroquias que no estaban bien organizadas. El padre Jorge trabajó duro”, dijo. “Ahora tenemos 50 parroquias donde las comunidades mexicanas están muy bien organizadas”.

El padre Ortiz-Garay fue la fuerza impulsora detrás de las celebraciones anuales de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, una importante celebración para los católicos mexicanos y muchísimas otras comunidades hispanas en Estados Unidos.

Antes de la pandemia, las celebraciones diocesanas incluían una misa y una procesión por las calles de Brooklyn y Queens destacadas por manifestantes que portaban antorchas.

Los mexicoamericanos quedaron devastados por su muerte. “Fue una experiencia muy, muy difícil para ellos”, explicó el padre Alonzo.

El 16 de octubre de 2020, el padre Ortiz-Garay habría cumplido 50 años. Ese día, el padre Sánchez le rindió un homenaje de cumpleaños en la parroquia St. Mary Gate of Heaven en Ozone Park, de la cual es el administrador.

El padre Ortiz-Garay también fue amado tanto por los estudiantes como por los maestros de la Academia Católica St. Brigid-St. Frances Cabrini, dijo la directora Marcia Soria.

“Los estudiantes todavía están muy tristes. Lo extrañan. Todavía nos sentimos muy tristes aquí en la academia. El claustro de maestros, el personal, realmente no tuvimos un cierre cuando sucedió debido al cierre de emergencia y las demás restricciones”, dijo Soria en referencia a las academias católicas en la diócesis que se ordenó cerrar a mediados de marzo.

Su generosidad hacia la escuela se manifestó de muchas maneras.

“Pintó nuestro auditorio. Siempre fue muy generoso con nosotros y con los estudiantes. Les preparaba una una barbacoa todos los años. Compraba la comida y cocinaba. Siempre estaba ahí con ellos”, dijo Soria.

“Lo extrañamos mucho, yo especialmente lo extraño mucho”, agregó Soria. “Él era un gran apoyo para nuestra escuela y siempre, siempre que podía, contribuía a ayudarnos de cualquier forma.

“Él siempre decía que sí. Él nunca dijo que no”.