Aunque el desglose exacto del voto católico en las elecciones de 2024 sigue sin estar claro, un experto señala que los datos disponibles de las encuestas a pie de urna sugieren que, en futuras elecciones, los católicos blancos pueden apuntarse como un importante bloque de votantes del Partido Republicano.

«En cada ciclo electoral, los católicos blancos se están convirtiendo en un bloque de votantes del Partido Republicano cada vez más fuerte», dijo Nuestra Voz Ryan Burge, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad de Eastern Illinois. «Creo que ahora podemos dar por hecho que el voto católico va a ser 60-40, republicano frente a demócrata, e incluso podría subir».

Burge, que se describe a sí mismo como protestante tradicional, habló con Nuestra Voz el 6 de noviembre, después de que el expresidente Donald Trump se hubiera asegurado suficientes votos del colegio electoral para ganar las elecciones. Múltiples encuestas a pie de urna han mostrado una ventaja significativa para Trump con el voto católico: la NBC da a Trump una ventaja de 60-37 sobre la vicepresidente Kamala Harris y la CNN le da una ventaja de 56-41.

Además de los católicos blancos, Burge destacó el aparente cambio entre los votantes hispanos. A nivel nacional, Trump obtuvo mejores resultados entre los votantes hispanos que en 2020 o 2016, y Burge espera que esa tendencia se mantenga también entre los votantes hispanos católicos.

«Una de las cosas que estamos viendo es que el voto hispano importó muchísimo», dijo Burge. “Creo que siempre han sido vistos como un bloque de votantes moderados, pero que votan por los demócratas el día de las elecciones.

«Creo que vimos en 2024 que siguen siendo un bloque de votantes moderados, pero no son necesariamente demócratas todo el tiempo».

Otra forma de evaluar la naturaleza conservadora del voto católico en general es analizar el cambio en las inclinaciones políticas de los sacerdotes a lo largo del tiempo. Burge dice que si se observan los datos de las encuestas de los sacerdotes católicos ordenados en los años sesenta y setenta, se verá que estaban divididos por igual entre la izquierda, la derecha y el centro. Ahora, observa, ocurre lo contrario, y señala que los datos de las encuestas sobre sacerdotes ordenados en los últimos 10 años muestran que son conservadores en un 80%.

«Es un proceso de purificación, en el que lo que sale de los púlpitos y los bancos de las iglesias protestantes y católicas nos purifica políticamente», afirma Burge. «Quedarse significa que al menos estás dispuesto a escuchar los temas de conversación del otro lado del pasillo, algo que sabemos que la gente es cada vez menos propensa a hacer ahora».

«Es difícil ser desafiado desde el púlpito por la izquierda o por la derecha, y parece que la Iglesia católica va a serlo casi en exceso por la derecha en las próximas décadas», añadió Burge, que también es fundador de Graphs about Religion, un sitio web que analiza datos relativos a la religión y la política.

En su opinión, las elecciones también han demostrado que el aborto no es necesariamente una prioridad absoluta para los votantes católicos, a pesar de que la Conferencia Episcopal de Estados Unidos -tanto en su guía de voto como en las declaraciones individuales de los obispos- lo consideró la «prioridad preeminente» de las elecciones.

«Para mí, ese podría ser el legado duradero de estas elecciones de 2024 desde el punto de vista de la religión y la política», dijo Burge. «Hubo un montón de gente … que votó por Donald Trump pero luego votó para consagrar el acceso al aborto en la constitución en su estado, y así que creo que para mucha gente eso no es un factor decisivo».

«Lo he estado diciendo una y otra vez con datos de encuestas», agregó. «Si nos fijamos en los evangélicos blancos, ninguno de ellos dice que es un elemento decisivo, la cuestión del aborto».

Burge dijo que los resultados de las elecciones y la victoria de Trump, cuando se trata del voto católico, muestran que los católicos de todo el país abarcan todas las clases económicas. Por lo tanto, dijo, al igual que los no católicos, la economía era claramente una prioridad principal para ellos, y ese sería el caso independientemente de las declaraciones de cualquier líder católico local, nacional o incluso mundial, incluido el Papa Francisco.

«Creo que nos damos cuenta de que todos vivimos en burbujas, y creo que el católico medio no oye hablar [al Papa Francisco] sobre casi nada en un año medio», dijo Burge. «Creo que el católico promedio no está tomando su orientación de su sacerdote o su pastor, o su obispo, o un cardenal o el Papa».

«Creo que, al final del día, votan basándose en su bolsillo y deciden si les va mejor o peor que hace cuatro años», dijo, »y creo que muchos de ellos piensan que les va peor económicamente.»