Pedro y Juan vieron y no entendieron, creyeron y se fueron (Jn 20:3-10), pero hubo una mujer que se quedó (Jn 20:11). ¿Cuál de ellos eres tú?
Hay tantos que como Pedro y Juan se conforman con el rumor de la resurrección, no logran entender lo que realmente significa la resurrección y el ser resucitado, mucho menos entienden todo lo que eso implica. Creen y luego se van. Para ellos, el chisme de la resurrección es suficiente.
Sin embargo hay otros que no se conforman con el rumor de la resurrección. Ellos, como María Magdalena (Jn 20:11), se quedan aun cuando los demás se van. La pregunta sería: ¿Por qué se quedó ella? ¿Por qué no fue detrás de los discípulos? ¿No era suficiente con que Pedro diera el visto bueno? Para entender esto tendrías que leer Lucas 8:1-2.
“Después de esto, Jesús anduvo por muchos pueblos y aldeas, anunciando la buena noticia del reino de Dios. Los doce apóstoles lo acompañaban, como también algunas mujeres que él había curado de espíritus malignos y enfermedades. Entre ellas iba María, la llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios”.
Esta mujer había sido liberada de siete demonios, había tenido una experiencia poderosa y liberadora con Jesús. Imagínate lo que sintió al saber que Jesús ya no estaba, o sea, qué bueno que la tumba estaba vacía pero, ¿dónde se encontraba Jesús?
Así son los resucitados y aquellos que son impactados por el amor de Dios. ¡No se conforman con una tumba vacía! ¡No se conforman con ángeles o visitas angelicales! ¡Ellos prefieren únicamente a Jesús! Quieren saber dónde está el maestro, dónde pueden encontrarlo.
¿En cuál grupo estás tú? ¿Te conformas con el rumor de la resurrección? ¿Te has conformado con una tumba vacía o quieres estar donde Jesús está?
Pocas personas son así. Justo en este mismo instante mientras escribo estoy en South Beach, Miami, viendo a las personas caminar, comer, tomar y en cada restaurante se encuentra alguien pidiendo que entres a su restaurante, que te sientes y disfrutes de un rico platillo. Me acompaña un hombre que vive aquí. Se llama Patrick y se considera “más o menos católico”, no entiende la resurrección y mucho menos lo que significa esperar en Dios.
En la sociedad en la que vivimos hay personas que se conforman con este tipo de vida o realidad. No entienden lo que significa esperar en la tumba llorando hasta ver a Jesús, es más fácil no entender, no ver, no creer, pero no conformarte no es lo normal. ¡No te conformes con el chisme de la resurrección! ¡No te conformes con un simple rumor! ¡Es más… no te conformes con ángeles! ¡Jesús nos ha prometido más! Fuiste creado, hecho, y resucitado para mucho más.
Tengo una pregunta para ti: ¿Con qué o con quién te has conformado? Reconoce en este mismo momento que Dios tiene mucho más para ti, pero debes de ser consciente que para recibirlo deberás esperar, quedarte aun cuando los demás se vayan por no entender, por no esperar, pero aun más lamentable, por conformarse.
¡La resurrección es para ti! ¡Acéptala! ¡Recíbela! ¡Vívela! Estaré orando por ti y por tu vida. No te desanimes si tienes que llorar al pie de la tumba. Tarde o temprano Jesús aparecerá y te dirá: “Aquí estoy”.
Llegará el momento en que te darás cuenta de que con paciencia todas tus lágrimas y tu espera darán frutos de vida, amor y prosperidad. ¡Espera, cree y confía! No serás defraudado siempre y cuando no te conformes. ¡Créelo!