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Limbo político en Brasil

Brasília - A presidenta Dilma Rousseff, durante cerimônia no Palácio do Planalto, recebe apoio de intelectuais e artistas contra o processo de impeachment (Antonio Cruz/Agência Brasil)

Contra viento y marea, la presidenta de Brasil Dilma Rousseff se defiende del proceso de destitución que ha iniciado en su contra la Cámara de Diputados de su país. En conferencia de prensa aquí en Nueva York tras una audiencia de las Naciones Unidas sobre el clima, Rouseff condenó el proceso como “un golpe” a la democracia brasileña y advirtió que no se quedará de brazos cruzados, señalando que de ser necesario, recurrirá a Mercosur.

“Apelaría a la cláusula democrática si el Senado acepta el proceso rompiendo las normas democráticas”, afirmó ante los medios en el Consulado de Brasil en la Gran Manzana, haciendo alusión a una cláusula de Mercosur que puede activarse para suspender a un país si se derroca a un gobierno, tal y como ocurrió en Paraguay en el 2012. El proceso en contra de Rousseff va viento en popa en Brasil. Luego de que los diputados aprobaran su destitución, el Senado deberá ahora ratificarla en una votación que se espera en los primeros días de mayo.

Rousseff, del Partido de los Trabajadores, insiste en que no hay base legal que respalde el proceso, ya que según ella, no existe cargo criminal alguno en su contra. “No hay una sola acusación de corrupción contramí”,dijoantelosmedios neoyorkinos, “es incómodo destituir a una persona inocente”.

Rousseff está confiada en el apoyo que tendría en el grupo de países latinoamericanos que forman Mercosur pero, según expertos políticos de la región, eso no está muy claro. Hasta ahora, Uruguay ha salido en defensa de Rousseff pero no ha logrado sacar adelante un documento de apoyo conjunto hacia la presidenta.

Por su parte, Paraguay, considera la situación de Brasil como un asunto interno sobre el que el Mercosur no tiene gran injerencia.

La destitución está basada en un argumento de supuestas tácticas presupuestarias irregulares del Gobierno, pero según observadores internacionales, en la votación de la Cámara de Diputados quedó claro que las declaraciones de la oposición son sólo críticas políticas contra la presidenta.

Ante esto, la prensa neoyorkina le preguntó a Rousseff si aceptará el resultado de lo que dicte el Senado si optan por sacarla del poder. Rousseff aseguró que habrá batalla. “Lucharé con toda mis fuerzas para asegurar que no se quiebre la democracia en Brasil, para recalcar que deben respetarse las elecciones democráticas”.