La imagen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, invita a la reflexión profunda. La historia comienza en el año 1613 cuando tres muchachos, dos hermanos indios y un joven negro a los que la tradición ha llamado “los tres juanes”, se embarcan para ir a buscar sal.
En medio del mar divisaron flotando en una tabla una imagen pequeña de la Virgen con el Niño en los brazos, que decía: “Yo soy la Virgen de la Caridad.” Llenos de asombro, llevaron la imagen al administrador de la mina de cobre cercana quien ordenó que se le hiciera una ermita, que inicialmente se la hizo de hojas de guano y tablas.
Después de algunos cambios se le construye el santuario definitivo en El Cobre en la cima de una loma cercana a las minas. Este Santuario fue proclamado como Basílica en 1977 por Pablo VI. Es uno de los lugares más venerados por el pueblo cubano.
El papa Francisco, en el año 2015, con motivo de la conmemoración de los 100 años de la consagración de Cuba a la Virgen de la Caridad del Cobre, regaló a la Virgen un ramo de flores de plata, que descansa a los pies de la imagen.
La festividad de la Virgen de la Caridad se celebra el 8 de septiembre. Esta fecha fue fijada por Benedicto XV en el año 1916, quien la designó patrona de Cuba a petición de los veteranos de la Guerra de Independencia. San Juan Pablo II la coronó como Reina y Patrona de Cuba en 1998 durante su visita a la Isla.
La Madre acompaña a sus hijos en todas sus travesías, ya sea en el exilio o a donde ellos vayan. En Miami, los cubanos empezaron a celebrar su fiesta desde el 8 de septiembre de 1961. En 1967 pusieron la primera piedra para construir una Ermita a la Virgen de la Caridad en el exilio. Hoy, el Santuario es visitado por todo el que busca la protección y ayuda en la travesía de sus vidas.