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El padre Marcial Thomas: su nueva vida al servicio de Dios y su pueblo

Este joven sacerdote nació en Brooklyn hace 27 años pero lleva en su sangre herencia dominicana y puertorriqueña, tal como sus dos hermanos y dos hermanas.

Cuando tenía 19 años Marcial Thomas planeaba algún día casarse, tener hijos y terminar su carrera de siquiatría, la cual adelantaba en Queens College. Sin embargo más tarde sabría que los planes de Dios muchas veces no coinciden con los nuestros.

Luego de haber pasado un tiempo difícil en su vida, iba a misa todos los días a la misma parroquia a la que asistía desde pequeño. Un día después de la eucaristía sintió la necesidad de ir a un espacio especial dedicado a la Santísima Virgen.

“Comencé a llorar. Sentí que Nuestra Señora le hablaba a mi corazón y me decía «Soy tu madre, ven y habla conmigo»”, recuerda el hoy sacerdote de esa experiencia que no olvida porque nunca antes había sentido algo así, tanto que fue el punto de partida de su camino hacia el sacerdocio.

Desde allí esa idea se hizo cada vez más presente en su vida. Terminó su relación con su novia y habló con su pastor sobre sus inquietudes frente a su posible vocación sacerdotal. Luego asistió a un encuentro del Proyecto San Andrés donde conoció al padre Kevin Sweeney, quien para entonces era el Director Vocacional de la diócesis de Brooklyn.

Posteriormente ingresó a la Casa de Discernimiento San Juan Pablo II en Cypress Hills, donde pensaba que cualquier día alguien le diría que estaba en el lugar equivocado. Pasó un año y no fue así. Más tarde ingresó al seminario en Douglaston y luego fue al Seminario San José en Yonkers, donde obtuvo su título en teología y su maestría en divinidad.

Durante su preparación pastoral fue asignado para ministerio de verano a la parroquia San Gerardo Mayela en Hollis (Queens) y al año siguiente a la parroquia Santa María Estrella del Mar y Santa Gertrudis, también en Queens. Su año de diaconado transcurrió en la iglesia San Miguel en Sunset Park (Brooklyn).

“Mi primera misa fue muy linda pero no recuerdo muchos detalles, estaba muy nervioso, yo estaba allí diciéndome: «¡Este es realmente Jesús»”, recuerda entre risas como si todavía le costara creer lo grandiosa que fue su primera celebración eucarística llevada a cabo el pasado 5 de junio en Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, su parroquia natal.

“¡Para mí todo pasó muy rápido pero fueron dos horas!”, exclamó el padre con esa eterna sonrisa que solo la gratitud puede lograr, reviviendo tal vez en su mente lo sucedido durante su servicio bilingüe.

“La comunidad es muy amorosa y generosa, me hablan y me ayudan con el español así que espero que para el año que viene sepa tanto español que se me olvide el inglés”, bromea el prelado con respecto a cómo lo recibió su actual comunidad parroquial de Nuestra Señora de los Dolores en Corona (Queens), donde fue asignado como vicario parroquial.

Al padre Thomas le gustan los BBQ’s (barbacoas), jugar baloncesto y es fan de los Knicks. En béisbol tiene su corazón dividido entre los Mets y los Yankees mientras que en fútbol americano le hace barra a los Giants.