El que predica comunica qué hacer; el que enseña explica cómo hacerlo; pero ninguno garantiza la aplicación. En otras palabras, usted puede saber qué hacer, cómo hacerlo y, sin embargo, no realizar lo que se propone. ¿Por qué? Pues, porque ni lo uno ni lo otro nos desata haciéndonos libres. Si la predicación o enseñanza no están acompañadas de la unción de Dios, usted simplemente tuvo una tarde o una mañana de información o instrucción, pero no de transformación.
Este tipo de ministerio no desata lo recibido o revelado: sólo lo señala o confirma. En Lucas 11 vemos que Jesús le dice a Lázaro: “Sal de la tumba”. Pero luego les dice a los que estaban a su alrededor: “Desátenlo”. ¡Es ahí donde está el problema! Muchos han sido resucitados, han salido de la tumba, pero siguen enredados, andan tropezando unos con otros, andan cayendo en el mismo pecado y trampa del diablo.
La Iglesia es el lugar donde los Lázaros son desatados, pero ¿cómo podría esto suceder si los Lázaros que entran para ser desenredados se encuentran con otros Lázaros tan absortos en los instrumentos de comunicación —luces, pantallas y PowerPoint— o en su propio yo que no logran transmitir el único mensaje esencial, que es Cristo.
Sé que al decir esto podría ser tildado de exagerado, radical o quién sabe qué más, pero estoy convencido que Dios no necesita más métodos o programas de 5 pasos. Lo que el mundo y nuestra Iglesia necesitan son hombres y mujeres desatados, ungidos con el poder y la unción de Dios.
No es que los programas, el staff, el PowerPoint o las luces no sean útiles, claro que lo son, pero cuando las personas encargadas de dirigir han sido desatadas y ungidas por el poder de Dios el sentido de la dirección es diferente con respecto a estos medios. ¿No es esto lo que experimentamos cuando entramos en contacto con sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos y con vidas congruentes con lo que enseñan? Claro que lo es.
Cuando Lázaro fue desatado, nos dice la Palabra en Juan 12:9, ya no iban sólo a ver a Jesús: también iban a ver a Lázaro. Y no sólo eso, sino que habían empezado a planear cómo matar a Jesús y a Lázaro porque por su causa muchos estaban dejando a los judíos para seguir a Jesús.
¿Te imaginas? Había llegado un momento en el ministerio de Jesús donde ya no iban sólo a verlo a Él, también querían ver a Lázaro. ¿Qué ocurriría en tu comunidad, parroquia, grupo de oración o estudio bíblico si los Lázaros fueran desatados? ¡No nos conformemos con menos!
Quizás cuando te decidas a ser desatado y vivir esta vida de unción y poder que es sólo posible por la gracia de Dios, te empezarán a acusar, señalar, sacar o eliminar. ¡Mantén tu fe! ¡Mantén tu enfoque! ¡El que ha sido libertado no quiere volver a la tumba! Es tiempo de ser libre y permanecer libre.
Este mes de octubre está dedicado a la Virgen María en su advocación de la Virgen del Rosario. Es bien sabido que es la oración más poderosa después de la Santa Eucaristía. El Rosario es oración infalible. Por medio de la intercesión de nuestra madre María, son desatados los nudos que nos mantienen enredados imposibilitándonos recibir las gracias dadas por Dios.
Comparto con ustedes el link delaNovenaaMaría,Desatadora de Nudos a propósito de todo lo que necesitamos desatar. Si seguimos atados o enredados nada alcanzaremos o lograremos. Oremos juntos y pidamos a nuestra Madre su poderosa y preciosa intercesión, no sólo por nosotros, sino también para nuestros amigos, hermanos y familiares.
www.theholyrosary.org/ mariadesatanudos
¡Lázaro, sal de ahí! No te quedes en la tumba, pero tampoco te quedes atado. Dios quiere y puede lograr muchísimo más de lo que piensas, pides o imaginas. Además, por si no lo sabías, cuentas con María. Créelo.