ESTA ES LA HISTORIA DE UNA NIÑA que perdió su pierna derecha en un incendio, quedó abandonada en las calles de Nanjing, China, y fue a dar a un orfanato del gobierno. En su largo calvario, fue víctima de explotación infantil, y sufrió hambre y abusos físicos.
Pocas personas lograrían superar un trauma así. Pero Scout Bassett logró sobrevivir, convertirse en atleta paralímpica y competir en los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro en 2016.
“Cuando cumplí siete años me adoptó una familia estadounidense. Crecí en Harbor Springs, una pequeña ciudad al norte de Michigan con 1600 habitantes. Fue difícil ser la única amputada del pueblo, sin embargo el deporte me ayudó a superar las barreras sociales y culturales”, explica Scout.
Cuando Scout tenía 14 años e ingresó a la Challenged Athletes Foundation (CAF), allí conoció a Stan Patterson un reconocido diseñador de prótesis. Al poco tiempo Scout ya estaba corriendo en el Campeonato Mundial de Atletismo Paralímpico.
“Lo primero que pensé fue que si otros podían correr, yo también podía hacerlo. Pero lo más importante era la sensación de sentir que podía moverme”, dice Bassett.
En 2007 ella ingresó como becada en la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles). En 2011 Socut regresó a China para competir en el Campeonato Mundial de Paratriatlón. Un año después representó a Estados Unidos en las pruebas de atletismo paralímpico realizadas en Londres donde consiguió el segundo lugar en los 200 metros y el tercer puesto en los 100 metros.
Scout Bassett ha sido tres veces campeona nacional en 100 metros y dos veces subcampeona en salto largo, además tiene el récord mundial en 400 metros y el récord americano en 100 y 200 metros. Su destreza deportiva ya la había mostrado antes en el triatlón paralímpico donde ganó tres medallas de oro y una de bronce en los Mundiales de esa disciplina.
“Cuando corro se me olvida que me falta una pierna, no me siento una persona discapacitada. Cuando mis padres vieron mi pasión por el deporte me apoyaron totalmente”, agrega Scout.
Joe y Susi, sus padres, pensaron que correr era un nuevo hobbie de Scout, “sin embargo ellos nunca pensaron que se convertiría en mi carrera”, dice la gran atleta.
Su sueño era participar en los Juegos Paralímpicos de Londres 2012, sin embargo no alcanzó las marcas necesarias para representar a Estados Unidos. Decidió entrenar duro para conseguir un cupo en el equipo paralímpico de Estados Unidos que viajaría a Río de Janeiro.
En los Juegos Paralímpicos de Río de Janeiro Scout participó en las pruebas de 100 y 200 metros y en salto largo. “Estar en Río fue un sueño hecho realidad y una muestra más de que el único límite es uno mismo y que sólo necesitamos tener constancia para conseguir nuestras metas y llevar a cabo nuestros sueños”, concluye Scout.
