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Concluye la fase diocesana de causa de beatificación de la vidente de Fátima

Catholic News Service
CIUDAD DEL VATICANO (CNS)—LA DIÓCESIS DE COÍMBRA, Portugal, concluyó su fase de santidad de la hermana carmelita Lucía dos Santos, la última de los tres videntes de las apariciones de Nuestra Señora de Fátima, en 1917.

El obispo de Coímbra, Mons. Virgilio Antunes, cerró formalmente la fase local de la investigación sobre su vida y santidad el pasado 13 de febrero en el Carmelo de Santa Teresa de Coímbra, donde la hermana residió hasta su muerte en el 2005 a la edad de 97 años.

Sister Lucia dos Santos, one of the three children who saw Our Lady of Fatima in 1917, is pictured in a 2000 photo. Bishop Virgilio Antunes of Coimbra, Portugal, formally closed the local phase of investigation into her life and holiness Feb. 13 in the Carmelite convent of St. Teresa in Coimbra, where she resided until her death in 2005 at the age of 97. (CNS photo/Paulo Carrico, EPA) See FATIMA-LUCIA-CAUSE Feb. 14, 2017.
La hermana Lucía dos Santos, una de los tres niños que vieron a la Virgen de Fátima en 1917, aparece en una foto del 2000. El obispo Virgilio Antunes de Coímbra, Portugal, cerró formalmente la fase local de la investigación de su vida y su santidad el 13 de febrero en el Carmelo de Santa Teresa en Coímbra, donde residió la hermana hasta su muerte en el 2005 a la edad de 97 años. Foto: Paulo Carrico, EPA / Catholic News Service

La ceremonia incluyó el sellado de 50 volúmenes —15,000 páginas— de pruebas y testimonios que detallan la vida de Sor Lucía. Los documentos sellados en la ceremonia fueron enviados a la Congregación para las Causas de los Santos en el Vaticano.

Después de una revisión exhaustiva de los materiales y un veredicto de que la Hermana vivió heroicamente las virtudes cristianas, su causa requeriría el reconocimiento de dos milagros atribuidos a su intercesión, uno por beatificación y otro por canonización.

Las apariciones marianas en Fátima comenzaron el 13 de mayo de 1917, cuando Lucía, entonces de 10 años, junto con sus primos Francisco y Jacinta Marto, confesaron haber visto a la Virgen María.

Las apariciones continuaron sucediendo una vez al mes, hasta el 13 de octubre de 1917, y entonces fueron declaradas fidedignas por la Iglesia Católica.

El sacerdote carmelita y uno de los postuladores de la causa, padre Romano Gambalunga, dijo que aunque “Lucía ya es santa a los ojos” de muchas personas, “el camino prudente de la iglesia es que se les proponga a todos, no solamente a los que creen”. “Lucía se hizo santa durante su vida, no por las apariciones”, añadió el padre Gambalunga a la agencia de noticias de la Conferencia episcopal portuguesa, Agencia Ecclesia. Sin dar más detalles, dijo que tuvo una “experiencia espiritual” en el convento.

Aunque muchos esperan que su heroicidad de virtudes sea reconocida muy pronto por la iglesia, es importante “no apresurarse en el proceso”, dijo el 13 de febrero.

Las evidencias y testimonios recopilados para la causa de la hermana Lucía son “una gran oportunidad para la profundización espiritual y teológica”, y el material ayudará “a iluminar la historia de la iglesia en los últimos 100 años”.

El papa Francisco prevé visitar Fátima los días 12 y 13 de mayo y muchas personas esperan que aproveche la ocasión para canonizar a los primos de la hermana Lucía, Francisco y Jacinta, que fueron beatificados por San Juan Pablo II, en el año 2000.

El obispo de Leiria-Fátima, Mons. Antonio Marto, declaró a Radio Renascenca, la estación de radio de los obispos portugueses, que aunque nada es seguro, alberga “muchas esperanzas” de que la canonización tendrá lugar este 2017, año del centenario de las apariciones.

“Confiamos y seguimos orando al Señor, pero espero que durante el centenario gocemos de la gracia y la alegría de participar en su canonización”, dijo.

El obispo Marto también admitió que “él es un converso”, que siendo incluso sacerdote, se mantuvo inicialmente escéptico de las apariciones marianas en Fátima.

“Era un escéptico, no me importaba, no me interesaba ni adopté una posición al respecto, lo veía como una historia para niños”, dijo el obispo Marto.

Pero después de asistir a una conferencia sobre las apariciones y leer las memorias de la hermana Lucía, su escepticismo se convirtió en creencia, según confesó a la estación de radio. “Quedé profundamente impresionado, tanto por la autenticidad de sus testimonios como por la seriedad de los problemas que tuvo que enfrentar. Leí tres veces sus memorias para encontrar el contexto histórico y eclesial” de las apariciones.