“Primereen, involúcrense, acompañen, den fruto y festejen”, dice el papa Francisco en la exhortación apostólica La alegría del Evangelio. Estos cinco pasos son la base de la metodología y espiritualidad del V Encuentro inspirada en el Evangelio de San Lucas 24,13-35, el cual nos narra la historia de dos discípulos que caminan a su aldea natal, Emaús, a once kilómetros de Jerusalén, comentando todo lo que ha sucedido en esta ciudad.
Es importante notar que ellos están regresando a su aldea muy tristes y frustrados a hacer lo que hacían antes de conocer a Jesús. Su amigo, su maestro, la fuente de su esperanza, el “libertador” de Israel ha sido crucificado en una cruz.
En medio de su caminata, lenta y apagada, les sale al encuentro Jesús. “Mientras conversaban y discutían, Jesús se les acercó y comenzó a caminar con ellos”. Esto es lo que el papa Francisco llama “primerear”. Contemplar la realidad del entorno y salir en búsqueda del otro.
Y después de “primerearlos”, de salir a su encuentro, viene el segundo paso: “involucrarse”. Jesús lo hace a través de una pregunta: “¿De qué cosas vienen hablando, tan llenos de tristeza?”. Es sorprendente que aunque Jesús sabe lo que ha pasado les hace la pregunta para darles la oportunidad a responder desahogando su frustración y desconsuelo.
Este gesto de Jesús, de preguntar primero, es primordial en la metodología del V Encuentro. Se sale al encuentro de los demás no para regañarlos o juzgarlos, sino para preguntarles sobre su realidad, escuchándolos con un corazón abierto a sus sentimientos y experiencias.
En este proceso de primerear e involucrarse se entra al acompañamiento. El otro, al sentirse acompañado en su enfermedad, preocupación, frustración o dolor, se abre a una explicación o enseñanza, como pasó con los discípulos. “Y comenzando por Moisés les explicó todos los pasajes de la Escrituras que se referían a él”; o a una invitación: “Quédate con nosotros, porque ya es tarde y pronto va a oscurecer”.
Éste es el momento de hacer una oración por los que se ha primereado, de compartir con ellos una experiencia de fe, amor y esperanza; y de invitarlos a la Iglesia a la Santa Misa o “Fracción del Pan”. Los pasos de “dar fruto” y “festejar” han empezado.
Todos estos pasos se explican en la Primera Sesión de Entrenamiento, de un día, en cinco temas: 1) Llamados a un encuentro de amor con Jesús en la Iglesia; 2) Con obras y gestos: ¡Atrévete!; 3) Caminando juntos con Jesús; 4) Dando frutos de nueva vida; 5) Festejando la alegría de ser discípulos misioneros. Después del cuarto tema, los entrenados reciben el Diario del Misionero, que detalla varias acciones misioneras que deben hacer en un tiempo de más o menos dos semanas, tomar notas, y regresar con ellas a la participación del quinto tema en otro día, tarde, o noche.
¿Quiere aprender cómo primerear, involucrarse, acompañar, dar fruto y festejar a través de una acción misionera? Venga, Inscríbase y sea parte del proceso del V Encuentro.