“A DOÑA JUANA pronto le cantan el miserere”. Cantarle el miserere se refería a la muerte de una persona, pues en
su entierro el sacerdote cantaba “Miserere mei, Deus”. ¿Qué significado tiene el miserere?
“Miserere mei, Deus” es una frase latina, que significa “ten piedad de mí, Señor”. Corresponde al primer verso del salmo 51, llamado ‘Miserere’. El título del salmo menciona como autor a David y recuerda su visita al profeta Natán. En este encuentro, el profeta le cuenta la parábola del rico con mucho ganado y el pobre con una ovejita. Cuando el rico quiso matar la oveja del pobre, David enojado gritó. “Ése merece la muerte”. Entonces Natán dijo a David: “Ese
hombre eres tú”.
En la primera parte, David de distintas maneras y con expresiones diferentes se reconoce como pecador: “¡Borra mis
faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado! Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está
siempre ante mí”. David siente que con sus acciones ha pecado contra Dios, pues, en un tú a tú y con énfasis, repite: “Contra ti, contra ti solo pequé”.
El segundo libro de Samuel nos lo cuenta: David se acostó con la esposa de Urías el hitita, soldado del Rey. Al poco
tiempo la mujer le mandó decir a David: “Estoy embarazada”. Para tapar todo tipo de sospecha, el Rey manda que el marido vaya a casa y visite a su esposa. Éste rehúsa pues, según la ley judía, en tiempo de guerra los soldados no pueden tener relaciones matrimoniales.
David, contrariado, coloca a Urías en lo más duro de la batalla del asedio a Rabbá. La ciudad es conquistada, pero Urías muere en la refriega, como había maliciosamente planeado el rey. David cometió el doble pecado de adulterio y de asesinato. En este salmo confiesa sus pecados y acepta la “sentencia justa e irreprochable” del Señor.
En la segunda parte del salmo, David muestra un anhelo de renovación interior. Su tragedia es haber nacido en un mundo de pecado y culpable “desde que me concibió mi madre”. Sabe que Dios “ama la sinceridad de corazón”, por eso tiene un deseo vehemente de alejar el pecado. Lo expresa con frases relacionadas con la limpieza:”purifícame… quedaré limpio… lávame, y quedaré más blanco que la nieve”. Y como último deseo: “Aparta tu vista de mis
pecados y borra todas mis culpas”. En la tercera parte hay una súplica de arrepentimiento.
“Crea en mí, Dios mío, un corazón puro”. David busca una Renovación total e interior de la persona; una nueva vida, una relación permanente con Dios. Un cambio de corazón, como decía el profeta Jeremías.
¿Es válido este salmo en nuestros días? En una sociedad donde se pone empeño en ocultar la realidad de la muerte, es difícil hablar del Miserere. En las casas funerarias se pinta a los muertos para que parezcan vivos. Hablar de la muerte molesta entre la gente. También se puede decir que hoy día se quiere enterrar la realidad del pecado, o
la ofensa al Altísimo. Sin embargo, el salmo Miserere es un rayo de esperanza. Tenemos un Dios, que absuelve al asesino más miserable, como David, también a mí me perdonará.
¿Conocía usted el salmo Miserere?