CIUDAD DEL VATICANO (CNS) – La iglesia es como una bicicleta, que mantiene mejor el equilibrio cuando está en movimiento, dijo el Papa Francisco.
Los primeros discípulos “no eran un grupo cerrado de los elegidos, sino una iglesia misionera”, emprendiendo audazmente nuevas iniciativas impulsadas por el Espíritu Santo, dijo el Papa el 24 de abril durante su Misa matutina en la Domus Sanctae Marthae.
“De hecho, el equilibrio de la iglesia, por así decirlo, radica precisamente en su movilidad, siendo fieles al Espíritu Santo”, añadió el Papa.
“Alguien dijo una vez que el equilibrio de la iglesia es como el de una bicicleta: es estable y funciona bien cuando se mueve. Cuando la paras, se cae”, dijo el Papa Francisco en su homilía.
En la Biblia, el Espíritu Santo puede evocar dos reacciones diametralmente opuestas: apertura y clausura, dijo el Papa. La apertura es lo que define a los discípulos y los apóstoles.
Los “doctores de la ley” en el Evangelio de Juan, por otro lado, son un ejemplo de los problemas que ocurren cuando se tiene un enfoque de mente cerrada.
“Recibieron una ley viva, pero la ‘destilaron’, la transformaron en una ideología y entonces se revuelven y no pueden avanzar”, dijo el Papa Francisco. “Cualquier cosa nueva para ellos es una amenaza”.
Sin embargo, el Papa reconoció que no todas las cosas nuevas son buenas. Al final de su homilía, rezó para que Dios concediera a los católicos “la gracia de saber cómo resistir a lo que debemos resistir, lo que proviene del maligno, lo que nos priva de nuestra libertad”.
“Que sepamos cómo abrirnos a cosas nuevas, pero solo a las que provienen de Dios”, rezó. “Que él nos conceda, con la fuerza del Espíritu Santo, la gracia de discernir los signos de los tiempos para tomar las decisiones que debemos tomar en ese momento”.