CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — Un sobreviviente de abuso sexual por parte de un sacerdote en Chile tiene esperanza de que su reunión con el papa Francisco sea una oportunidad para hacer cambios y terminar con la cultura que existe dentro de la Iglesia Católica que denigra a las víctimas y los hace sentir culpables por hablar de lo que les pasó.
“Tengo la esperanza de que esto no se trate solamente de mí. Tengo la esperanza de poder transmitir el dolor de miles de personas que todavía sufren y que esto sea el comienzo del final de esta cultura de abuso y de esta cultura de encubrimiento entre los obispos”, dijo Juan Carlos Cruz en una entrevista telefónica con Catholic News Service el 25 de abril.
Greg Burke, director de la oficina de prensa del Vaticano, dijo en un comunicado emitido por el Vaticano el 25 de abril que Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo se reunirán individualmente con el papa Francisco y se alojarán en la Casa Santa Marta, la residencia vaticana donde vive el papa. Las reuniones individuales entre el papa y los hombres se efectuarán del 27 al 29 de abril y luego él se reunirá con todos ellos el 30 de abril.
“El papa les ha agradecido por haber aceptado su invitación”, dijo Burke. “Durante estos días de encuentro personal y fraterno, quiere pedirles perdón, compartir su dolor y su vergüenza por lo que han sufrido y, sobre todo, escucharlos en todas aquellas sugerencias que puedan ofrecer para evitar que se repitan estos hechos reprobables”.
Los sobrevivientes chilenos han dicho que el obispo Juan Barros de Osorno — entonces sacerdote — había sido testigo de abuso cometido contra ellos por parte del padre Fernando Karadima, su mentor. En 2011 padre Karadima fue sentenciado por el Vaticano a una vida de oración y penitencia después de haber sido encontrado culpable de abusar sexualmente de niños.
El papa despertó una controversia durante su visita a Chile en enero cuando se comprometió a apoyar al obispo Barros y dijo: “El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra. Todo es calumnia”.
Más tarde él se disculpó con las víctimas y admitió que su selección de palabras hirió a muchos.
Poco después el Vaticano anunció que el papa Francisco estaba enviando a Chile al arzobispo Charles Scicluna de Malta y a un ayudante, padre Jordi Bertomeu Farnos, a escuchar a las personas que tuvieran información sobre el obispo Barros.
No todos los 64 testigos hablaron sobre padre Karadima y el obispo Barros; varios dieron testimonio acerca de abuso que habría ocurrido en una escuela de los Hermanos Maristas.
Burke dijo que el papa pidió oraciones para la iglesia en Chile y que tenía la esperanza de que las reuniones fueran “un paso crucial para remediar y evitar para siempre los abusos de conciencia, de poder y, particularmente, sexuales en el corazón de la iglesia”.
Cruz dijo que todavía hay mucho por hacer en la lucha contra el abuso sexual por parte de sacerdotes porque los intentos de reforma no han atendido una cultura generalizada que trata los abusos históricos como “algo que pasó y que ya está en recuperación” cuando en realidad es que sigue siendo “una herida abierta que continúa profundizándose”.
“Creo que necesitamos atacar el problema de frente, directamente, y atender eso”, él dijo.
Cruz dijo que aunque hay gente buena en la Comisión Pontificia para la Protección de Menores es “bastante vergonzoso” que la comisión haya logrado poco para ayudar a los sobrevivientes.
Cruz dijo que se propone decirle al papa Francisco “todas estas cosas directamente”.
“Él quiere escuchar la verdad, él tiene un corazón abierto y él es un buen hombre y estoy entusiasmado de buena manera por poder hablar con él francamente y con respeto de estas cosas”, dijo Cruz.
Después de recibir más de 2,300 páginas de documentación de parte del arzobispo Scicluna, el papa Francisco reconoció que había cometido “errores graves en la evaluación y la percepción de la situación, especialmente debido a la falta de información verídica y balanceada”.
En una carta a los obispos de Chile publicada por el Vaticano el 11 de abril, el papa Francisco pidió “el perdón de todos aquellos que he ofendido” y dijo que tenía la esperanza de “poder hacerlo personalmente durante las próximas semanas”.
El papa dijo que estaba convocando a los obispos chilenos a una reunión en Roma para discutir los hallazgos de las investigaciones y sus propias conclusiones “sin prejuicios ni ideas preconcebidas, con el único objetivo de hacer que la verdad brille en nuestras vidas”.
Después de la publicación de la carta del papa Francisco el obispo Santiago Silva Retamales, presidente de la conferencia episcopal y director del ordinariato militar, dijo que los obispos de Chile viajarían al Vaticano durante la tercera semana de mayo.
Respecto a la reunión del papa con los obispos chilenos, Cruz dijo a CNS que tiene la esperanza de que el papa Francisco responsabilice a los obispos que encubrieron el abuso, en vez de castigarlos “con un puesto cómodo en el Vaticano”. Ellos deben ser remplazados con personas buenas porque “la gente de Chile ha estado bastante escandalizada” por el comportamiento de varios miembros de la jerarquía eclesiástica.
“Tengo la esperanza también de que esto — lo que está pasando en Chile — envíe un (mensaje) a la iglesia universal de que este comportamiento ya no será tolerado”, dijo Cruz.