Si pensaba viajar a la isla grande de Hawai para disfrutar sus vacaciones de verano, piénselo dos veces.
El volcán Kilauea, que ha estado emanando enormes cantidades de lava y gases tóxicos desde el pasado 3 de mayo, ha provocado ahora tres nuevas fisuras geológicas en la paradisiaca isla grande de Hawai, y los científicos advierten que las violentas explosiones podrían arrojar enormes rocas volcánicas del tamaño de un refrigerador a un radio de más de 20 kilómetros de distancia, según informes oficiales.
Hasta ahora, más de dos mil residentes han sido evacuados, decenas de hogares han sido destruidos por los ríos de lava y se teme que más comunidades y una planta geotérmica cercana estén bajo seria amenaza.
Una décimo octava grieta en el suelo desde donde emana lava, fue reportada el domingo, de acuerdo con el Sistema de Emergencia para la Defensa Civil para el Condado de Hawai.
Funcionarios del Servicio Geológico de Estados Unidos advirtieron que la posibilidad de una explosión en el cráter Halemaumau, en la cima del volcán, es casi inminente y que podría generar una columna de humo por encima de un área de casi 20 kilómetros desde la cumbre.
El presidente Donald Trump ya declaró la región como zona de desastre mayor, permitiendo que lleguen fondos de asistencia federal para la recuperación de las áreas afectadas por la erupción del Kilauea.