CIUDAD DEL VATICANO (Por Carol Glatz/CNS)—. Explotar a las mujeres o tratarlas como objetos es un pecado contra Dios, dijo el Papa Francisco.
“Hay una furia contra las mujeres, una rabia terrible”, dijo el Papa en su homilía el 15 de junio durante la misa de la mañana en Domus Sanctae Marthae.
Hará bien a la gente, especialmente a aquellos que disfrutan de libertad, reflexionar sobre cuántas mujeres se han convertido en “esclavas de esta mentalidad desechable”, dijo.
La homilía del Papa se centró en la lectura del Evangelio del día, en la que Jesús les dice a sus discípulos que cualquiera “que mira a una mujer con lujuria ya ha cometido adulterio con ella en su corazón”. Jesús también amonesta a aquellos que se divorcian de su esposa, diciendo que “el que repudia a su propia mujer la expone a caer en el adulterio, así como quien se casa con una mujer divorciada comete adulterio”.
Jesús “cambió la historia”, dijo el Papa Francisco, con la forma en que respetó a las mujeres y reconoció que tienen la misma dignidad que los hombres.
En ese entonces, las mujeres eran ciudadanas de segunda clase y esclavas porque no disfrutaban de plena libertad, dijo.
Jesús reconoció la dignidad de las mujeres y “las puso al mismo nivel que los hombres” porque entendió lo que Dios quiso decir cuando creó a hombres y mujeres a su imagen y semejanza.
“Ambos son imagen de Dios, ambos. No el hombre primero y luego la mujer un poco más abajo”, dijo.
“Un hombre sin una mujer cercana —ya sea una madre, una hermana, una esposa, una compañera de trabajo, una amiga—, ese hombre no es imagen de Dios sin ella”.
Tantas mujeres, en cambio, son explotadas y puestas a la venta “como en un mercado”, dijo. Los hombres “se acercan a ellas no para no darles las ‘Buenas tardes’, sino para preguntarles ‘¿Cuánto cuestan?'”.
Las personas tratan de limpiar sus conciencias etiquetando a estas mujeres como prostitutas, pero deben recordar que Jesús dijo que quienes rechazan a las mujeres las exponen al adulterio.
“Las mujeres terminan así, explotadas, esclavizadas, porque ustedes no tratan bien a las mujeres”, dijo el Papa Francisco.
Las mujeres también se usan como objetos en los medios y la publicidad, mostradas “como objeto de deseo” o para ser usadas, añadió.
Una mujer puede ser “humillada, desnudada” en un anuncio para una determinada marca de producto, dijo, o pueden ser “objetos de esa filosofía del descarte” en el hogar, en el trabajo, en diferentes negocios donde parece que ni siquiera son persona.
“Al rechazar a las mujeres se está cometiendo un pecado contra Dios, el creador, porque sin ellas los hombres no podemos ser imagen y semejanza de Dios”, dijo.
“Tenemos que reflexionar mejor”, dijo, y reconocer cómo al hacer o decir ciertas cosas contra las mujeres estamos mostrando, en esencia, desprecio por la imagen de Dios.