María Goretti (1890-1902) fue una niña inmigrante, pobre, huérfana de padre y asesinada por resistirse al abuso sexual. La tercera de siete hermanos, nació el 16 de octubre de 1890 en Corinaldo, provincia de Ancona, Italia. Sus padres, Luigi Goretti y Assunta Carlini, emigraron en varias ocasiones debido a su precaria situación económica. Finalmente se asentaron en las grandes llanuras de los campos romanos, todavía insalubres en aquella época, en Ferriere di Conta, para trabajar al servicio del Conde Mazzoleni.
Tras un año de trabajo intenso, Luigi contrajo el paludismo, una enfermedad fulminante, que en diez días lo llevó a la tumba. Como consecuencia de su muerte, Assunta tuvo que trabajar dejando la casa a cargo de los hermanos mayores, María, de diez años, entre ellos. Mientras cuidaba de sus hermanos menores asistía a las clases del Catecismo, pues su mayor deseo era hacer la Primera Comunión, la cual recibió el 29 de mayo de 1902. Su madre contará después que María amaba el rosario y que, de hecho, lo llevaba siempre enrollado alrededor de la muñeca. Amaba también el crucifijo el cual contemplaba y del cual se nutría de un profundo amor a Dios y de horror por el pecado. Por eso, se promete a sí misma no ofender nunca a Dios, y antes morir que cometer un pecado grave.
Debido a la situación de precariedad, la familia tuvo que compartir vivienda con los Serenelli, quienes tenía un hijo de 20 años llamado Alessandro. Éste se enamoró de María y empezó a hacerle propuestas indebidas. Ella lo rechazó, y él se sintió despreciado. María tuvo miedo. Le pidió a su madre que no la dejara sola, pero sin explicarle el por qué, ya que Alessandro la había amenazado: “Si le cuentas algo a tu madre, te mato”. Su único recurso era la oración.
Un 5 de julio de 1902, mientras María estaba sola en casa, él la sorprendió e intentó abusar sexualmente de ella. María se resistió y trató de hacerlo razonar advirtiéndole que lo que pretendía era pecado. Como Alessandro insistía, y no aceptaba sus explicaciones, le dijo que prefería morir antes que ofender a Dios. Él perdió la cabeza, le desgarró el vestido y la apuñaló salvajemente once veces; y luego, como se dio cuenta que todavía vivía, la apuñaló en la espalda tres veces más. María fue llevada al hospital y murió al día siguiente, después de perdonar a su agresor. Tenía doce años.
Alessandro fue condenado a 30 años de prisión. Exhortado por el Obispo del lugar, Giovanni Blandini, se arrepintió y en 1927 fue dejado en libertad por su buena conducta. Gracias a su buena disposición, fue llamado como testigo en el proceso de beatificación de María. Fue muy penoso para él, pero confesó: “Debo reparación, y debo hacer todo lo que esté en mi mano. Toda la culpa es mía. Me dejé llevar por la brutal pasión. Ella es una santa, una verdadera mártir”. Pidió perdón a la familia de María, y pasó el resto de su vida como jardinero y portero de un convento de capuchinos. Falleció el 6 de mayo de 1970, a los 88 años.
El papa Pío XII canonizó a María Goretti, en Roma, Italia, el año 1950. Su fiesta es el 6 de julio.