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A 20 años del ‘mea culpa’ papal: “¡Perdonamos y pedimos perdón!”

BROOKLYN, Nueva York —. Hace ya dos décadas, un día como hoy, 12 de marzo, el papa Juan Pablo II pidió “perdón humildemente”, en un acto de arrepentimiento público por los errores cometidos por la Iglesia durante los dos mil años de cristianismo, dejando así una de las marcas más profundas en la historia de su pontificado: “Como Sucesor de Pedro, he pedido que en este año de misericordia la Iglesia, persuadida de la santidad que recibe de su Señor, se postre ante Dios e implore perdón por los pecados pasados y presentes de sus hijos”, dijo.

Durante una misa solemne concelebrada en la capilla de la Crucifixión de la basílica de San Pedro, el Papa —a sus 79 años— acompañado por siete cardenales de la curia romana, pidieron perdón ante el mundo por algunos de los desaciertos de la iglesia católica, como la intolerancia religiosa, la injusticia hacia los judíos, la discriminación a las mujeres, pueblos indígenas, inmigrantes, pobres y no nacidos.

“Mientras alabamos a Dios que, en su amor misericordioso, ha suscitado en la Iglesia una maravillosa mies de santidad, de ardor misionero, de total dedicación a Cristo y al prójimo, no podemos evitar reconocer la infidelidad al Evangelio en la que han incurrido algunos hermanos nuestros, especialmente durante el segundo milenio. Pedimos perdón por las divisiones que se han producido entre cristianos, por el uso de la violencia en el servicio de la verdad que algunos han realizado, y por las actitudes de desconfianza y de hostilidad adoptadas en ocasiones en relación con los seguidores de otras religiones”, añadió el Papa en su homilía de aquel primer domingo de Cuaresma.

Aunque el papa polaco inició su pontificado haciendo fuertes declaraciones contra el comunismo en la antigua Unión Soviética, Europa del Este y América Latina, y denunciando las violaciones de los derechos humanos y las injusticias económicas y sociales; esta disculpa, manifiesta en el ocaso de su papado, representa teológicamente un paso mucho más desafiante y atrevido: “La Iglesia de hoy y de siempre siente la obligación de purificar el recuerdo de todos esos tristes sucesos de cualquier sentimiento de rencor y de revancha. El Jubileo se convierte así, para todos, en una ocasión propicia para una profunda conversión al Evangelio. De la acogida del perdón divino surge el esfuerzo para el perdón de los hermanos y para la reconciliación recíproca”.

Muchas de estas culpas ya habían sido mencionadas anteriormente por el Papa en distintas homilías, lo novedoso fue haberlas compilado de manera que constituyeran una autocrítica histórica que no se limitara al pasado: “Reconocer las desviaciones del pasado sirve para despertar nuestra conciencia ante los compromisos del presente, abriendo a cada uno el camino de la conversión”.

Para leer el mensaje completo del papa san Juan Pablo II, puede hacer clic en el siguiente enlace:

SANTA MISA DE LA JORNADA DEL PERDÓN DEL AÑO SANTO 2000