EMPEZAMOS UN NUEVO AÑO y con este nuevo tiempo vendrán también nuevos retos. Claro que será un tiempo de bendición, de eso no tengo duda, pero si no estamos preparados para los retos que nos esperan repetiremos errores que nos costaron tanto en el pasado.
Saber cómo responder a los nuevos retos de este nuevo año será una bendición para ti y para los que te rodean. Dios no sólo te trajo a este nuevo año, sino que también te acompañará durante los 365 días, llevándote de la mano siempre y cuando así lo quieras y desees.
¿Sabías que los retos son parte del plan de Dios en tu vida? No es que Dios cause todas las adversidades que nos ocurren, pero Dios sí está presente en todas siempre, y actuando para beneficio nuestro. En medio de la tormenta Dios está trabajando en nosotros y logrando lo que quizás no haría de otra manera.
Dios usa las tormentas y dificultades de nuestras vidas para llamar nuestra atención. Como un buen padre, Dios constantemente nos cuida, pero como es costumbre en la actitud de todo hijo o hija, a veces creemos que sabemos más que nuestros padres. Esto nos lleva a tomar decisiones que causarán nuevos problemas en nuestras vidas. ¿Qué podemos hacer cuando estamos enfrentando la adversidad?
1. Aprender a ver todo por los ojos de Dios y su palabra
2. Orar de esta manera: Padre, ¿cuál es tu voluntad o propósito en mi vida a través de esta adversidad?
3. Abandonarnos a la voluntad desconocida de Dios
4. Descansar en los brazos protectores de Dios
5. Saber identificar los cambios que Dios me está pidiendo que haga
Cuando estás atravesando una adversidad, ¿cómo respondes? ¿Por convicciones basadas en principios bíblicos o por conveniencia? Resiste la tentación de responder por conveniencia. A menudo lo más fácil es responder de acuerdo a lo que más nos conviene, sin pensar cómo afectarán mis decisiones a los que me rodean. ¿Actúas así? ¿Piensas así? ¿Eres tú la persona más importante en tu vida? Quizás en este nuevo año Dios te llama a profundizar en su palabra y mantenerte conectado a su cuerpo, la Iglesia.
Ésta es una nueva temporada que Dios nos regala, no la malgastes, al contrario, dale a Dios lo mejor de ti y verás cómo Dios te premiará. Proponte como meta no poner un pie en el suelo tras despertarte sin antes conectar con Dios y hacer lo mismo al dormir. Pero habla con Dios no sólo al despertar y antes de dormir, sino durante el día también. Mantén viva la conexión con él.
Verás cómo este nuevo tiempo será diferente. Este nuevo tiempo, aunque lleno de retos y dificultades, también estará lleno de bendiciones. Espéralas con los brazos abiertos, pero sin olvidar que los retos vendrán también. Decía mi abuela: “Guerra avisada no mata soldado, y si lo mata es por descuidado”. ¡No te descuides! ¡Mantén los ojos abiertos! ¡Tu corazón en Dios!
Es de bendición entender que aun en medio de nuestros retos y contratiempos Dios no pierde su paciencia o poder. Dios es estable aun en medio de las olas y los vientos. No pierdas de vista en este nuevo año lo que Dios quiere lograr en ti para después hacer algo maravilloso a través de ti. ¡Ánimo! ¡Es un nuevo tiempo! Créelo.