Breves internacionales

El Gran Canal de Nicaragua: nueva era para China y Centroamérica

Los planes van viento en popa para construir lo que ha sido catalogado como un megaproyecto de infraestructura acuática que marcará nuestra época. De todo marchar bien, el llamado Gran Canal de Nicaragua conectará el océano Pacífico con el Atlántico y cruzará el territorio nicaragüense de este a oeste, según el medio informativo en español RT.

De acuerdo con el diseño preliminar, el canal cruzará el Gran Lago Cocibolca y sus afluentes en el sur centro del país, la zona de libre comercio de Brito en el oeste, el complejo turístico de San Lorenzo y el aeropuerto de Rivas, uniendo los dos puertos en el Pacífico y el Caribe. HKND, la compañía china que lidera la construcción del Canal, anunció que ha modificado el trazado de la infraestructura para evitar perjudicar a la población local y el medio ambiente. Sin embargo, los críticos del proyecto aseguran que los daños a la flora y fauna local podrían ser incalculables.

La ruta tendrá 278 kilómetros de longitud y será tres veces más larga que la del Canal de Panamá, con una profundidad de entre 26 y 30 metros y de ancho entre los 230 y los 520 metros. Con esas dimensiones, tendrá casi el doble de la profundidad y el ancho del Canal de Panamá.

En 2013, el gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega otorgó la concesión para la construcción del Gran Canal al consorcio chino HKND Group (Hong Kong Nicaraguan Canal Development Investment Group). El propietario del consorcio es el multimillonario chino Wang Jing. Según la revista Forbes, Wang es el duodécimo empresario más rico de China, con una fortuna personal de unos $6.300 millones.

Además de excavar el canal, la compañía tiene previsto construir carreteras, dos puertos, un lago artificial, un aeropuerto, un complejo turístico y una zona de libre comercio, así como fábricas de acero y de cemento. Se prevé que las obras finalicen en 2019 y que el canal entre en operación en el 2020. El costo total será de $50.000 millones.

Mientras la mayoría de los analistas pronostican la mejora en la competitividad de los productos al abaratarse el costo de transporte, otros destacan además la ventaja estratégica que representa para China ampliar así su presencia en Centroamérica y América Latina. “Tendría un acceso estratégico muy cerca de América del Norte, que en este momento no tiene”, explicó a BBC Mundo Heinz Dieterich, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana de México (UNAM). “Para China sería un golazo geopolítico frente a Estados Unidos y una respuesta a lo que hace Washington”, sostuvo.

Dieterich aseguró que “es como un ajedrez. China dice: ‘ustedes tratan de construir un muro de contención en mi vecindad inmediata; pues nosotros podemos hacer lo mismo con Costa Rica, México y ahora Nicaragua’”.