CIUDAD DEL VATICANO (CNS) — El cardenal alemán Reinhard Marx de Munich y Freising, de 67 años, presentó su renuncia al papa Francisco, argumentando que los obispos deben comenzar a aceptar la responsabilidad por las fallas institucionales de la iglesia en el manejo de la crisis de abuso sexual clerical.
El cardenal Marx emitió un comunicado el 4 de junio y, con el permiso del Papa, una copia de la carta fechada el 21 de mayo en la que le decía al Papa: “Es importante para mí compartir la responsabilidad por la catástrofe del abuso sexual perpetrado por representantes de la iglesia durante las últimas décadas”.
El papa Francisco no aceptó de inmediato la renuncia del cardenal. En su declaración, Mons. Marx dijo que el papa Francisco le pidió que continúe su ministerio como arzobispo “hasta que él tome una decisión”.
En su carta al Papa, el cardenal Marx dijo que “las investigaciones e informes de los últimos 10 años han demostrado consistentemente que ha habido muchos fracasos personales y errores administrativos” en el manejo de acusaciones de abuso, “pero también fracasos institucionales o ‘sistémicos'”.
Sin embargo, añade, “algunos miembros de la iglesia se niegan a aceptar que existe una responsabilidad compartida a este respecto y que, por lo tanto, la Iglesia como institución también debe ser culpada de lo sucedido”.
Esas mismas personas, dijo el cardenal, “desaprueban por lo tanto discutir reformas y renovaciones en el contexto de la crisis de abuso sexual”.
El cardenal Marx, que todavía está a más de siete años de la edad normal de jubilación de los obispos, es el expresidente de la conferencia episcopal alemana y uno de los principales proponentes del proceso de consulta, oración y discusión sobre las reformas necesarias en la iglesia. El proceso ha sido bastante polémico debido a algunas de las ideas que se están debatiendo en relación con el poder, la moral sexual, el sacerdocio y el papel de la mujer en la iglesia.
El cardenal también es miembro del Consejo de Cardenales consultivo internacional creado por el papa Francisco y es coordinador del Concilio Vaticano para la Economía.
En su declaración del 4 de junio, el cardenal Marx dijo que la crisis del abuso clerical obviamente requiere mejores sistemas administrativos y de supervisión, pero aún más muestra la necesidad de “una forma renovada de la iglesia y una nueva forma de vivir y proclamar la fe hoy”.
Investigar cómo se manejaron las acusaciones en el pasado y exigir cuentas a los obispos que no actuaron de manera rápida y adecuada es importante, dijo el cardenal, pero no es suficiente.
“Como obispo, tengo una ‘responsabilidad institucional’ por los actos de la Iglesia en su totalidad, así como por sus problemas y fallas institucionales en el pasado”, escribió. “¿No he ayudado yo también acaso a fomentar formas negativas de clericalismo con mi propio comportamiento y las falsas preocupaciones sobre la reputación de la iglesia?”.
Sobre todo, dijo, los líderes de la Iglesia deben preguntarse si el enfoque realmente está en los sobrevivientes y otras personas afectadas por el abuso sexual.
“Con mi renuncia me gustaría dejar en claro que estoy dispuesto a asumir personalmente la responsabilidad no solo por los errores que pueda haber cometido, sino por la Iglesia como una institución que he ayudado a moldear y dar forma durante las últimas décadas”, dijo el cardenal.
