Cartas al Director

Cartas al director Julio 2021

El grave peligro de convertir la comunión en un arma política 

ESTIMADO DIRECTOR: Negar la comunión a los políticos que apoyan el aborto o los derechos de los homosexuales está convirtiendo la Sagrada Comunión en una especie de represalia política.

La Sagrada Comunión, que nos une, no debe convertirse en un vehículo que nos divida. Nosotros, como pueblo cristiano, debemos dejar de usar la Sagrada Comunión como castigo.

Seguramente se podría buscar un argumento para negar la comunión a aquellos que no apoyan el acceso universal a la salud, la financiación de la educación o abogan por la construcción del muro.

¿Todos los puntos de vista deben pasar a través de la idea de que la negación de la comunión se utilizará en mi contra como arma de represalia?

Anthony S. Tengs


El preciosísimo cuerpo y la sangre de Nuestro Señor Jesucristo

ESTIMADO DIRECTOR: Si el único propósito de la comunión fuera unirnos, entonces ¿por qué no dar la Sagrada Comunión a todos, independientemente de sus creencias religiosas? ¿No conducirá eso seguramente a la paz mundial?

Bajo ese presupuesto, quizás ni siquiera necesitamos el Sacramento de la Reconciliación porque ¿acaso no nos divide, excluyendo a otros? Los católicos en este momento, creo, necesitamos desesperadamente una renovación del catecismo. Luchamos y nos difamamos mutuamente en cada ciclo electoral y, en el mejor de los casos, obtenemos una orientación ambivalente de nuestros lideres religiosos.

¿Quizás necesitamos leer más la Sagrada Escritura en nuestra educación religiosa? ¿O sostener discusiones más profundas sobre temas delicados como la anticoncepción, el aborto y las cuestiones de género?

No tengas miedo. Les aseguro que nuestros hijos lo han escuchado todo —todas las cosas incorrectas—, de los maestros de las escuelas públicas o de sus compañeros.

Me vienen a la mente Mateo 7: 6 y Apocalipsis 3:15 cuando observo con qué indiferencia muchos de nosotros consideramos el más sagrado de los sacramentos: esta presencia de nuestro Señor, esta fuente y cumbre de nuestra fe. Solo nosotros en la Iglesia Católica creemos en la transubstanciación (y no en la consubstanciación).

El sacramento de la Comunión no es meramente un momento de confraternación comunitaria (por muy alegre que sea) donde el pan y el jugo de uva son simbólicos. El código de derecho canónico CCC 1385 declara: “El que, por tanto, coma el pan o beba la copa del Señor de manera indigna, será culpable de profanar el cuerpo y la sangre del Señor”.

Quizás alguien podría argumentar que incluso Judas recibió la Comunión de la mano del mismo Señor Jesús durante la última cena, pero ¿es ese realmente el ejemplo que quieres seguir?

Cynthia González


Desfile con ‘confeti’, un honor muy merecido para héroes de la batalla contra el COVID-19

ESTIMADO DIRECTOR: El anuncio del alcalde Bill DeBlasio de que la ciudad de Nueva York va a tener un desfile con confeti para todos nuestros trabajadores esenciales en el Cañón de los Héroes el 7 de julio es la mejor noticia que esta ciudad ha recibido desde que comenzó esta terrible pandemia.

Es apropiado honrar a todos los trabajadores, líderes y organizaciones que han estado ayudando a los neoyorquinos durante esta crisis médica sin precedentes. Este es su momento para brillar en la gloria de ser reconocidos de manera legítima y respetuosa.

Todos nosotros en esta ciudad, así como la nación, le debemos a esta maravillosa gente nuestra más sincera gratitud y aprecio por todo lo que han hecho y continúan haciendo por nosotros.

Dios los bendiga a todos ustedes y a sus familias, y Dios bendiga a los EE.UU., el país más grande del mundo, ahora y siempre. Finalmente hemos doblado la curva en la batalla contra COVID-19.

John Amato


El dilema de apelar a los funcionarios liberales electos para proteger la Enmienda Hyde

ESTIMADO DIRECTOR: La jerarquía de la iglesia nos pide que nos comuniquemos con nuestros funcionarios electos par apelar a su apoyo con respecto a la Enmienda Hyde. Tuvimos un presidente en funciones que no solo cumplió su promesa de no socavar la Enmienda Hyde sino que apoyó abiertamente al Movimiento por el Derecho a la Vida.

Sin embargo, a algunos prelados no les gustaron sus gestos, su vocabulario y su postura contra la inmigración ilegal. No les parecieron importantes ninguna de sus otras políticas que funcionaron en beneficio del pueblo estadounidense, excepto la inmigración. Algunos prefirieron al entonces candidato Joe Biden, quien articuló todas las palabras que querían escuchar.

Ahora Biden apoya los abortos sin restricciones, los derechos de las personas transgénero y otras agendas liberales, además de deshacerse de esa molesta Enmienda Hyde.

Aquellos de nosotros que hemos seguido la carrera política de Biden durante los últimos 40 años podemos decirles que él va a donde el dinero le dice que vaya. Le creyeron a un político que ha sido una banderilla al viento durante las últimas cuatro décadas y ahora están pidiendo a los católicos que convenzan a nuestros senadores liberales —Schumer y Gillibrand— y a nuestros representantes liberales para salvar la Enmienda Hyde.

No creo que esta gestión arroje el resultado que esperan los obispos.

Maria F. Giganti