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Clero católico ora por la reconciliación en Cuba: ‘Están hambrientos de libertad’

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WINDSOR TERRACE — Cuando el obispo Octavio Cisneros considera la situación en su Cuba natal seis décadas después de huir de la nación comunista, se entristece al ver una situación que no ha mejorado y que la gente vive en condiciones espantosas que siguen empeorando.

El domingo, el malestar de muchos cubanos con el gobierno de la nación llegó a su punto de ebullición y salieron a las calles de La Habana y otras ciudades cubanas en protestas masivas sin precedentes. La falta de libertad bajo el férreo gobierno comunista liderado por el presidente Miguel Díaz-Canel, la mala gestión de la pandemia de COVID-19, la falta de medicina y atención médica general, la escasez de alimentos y la subida de precios son algunas de las causas que provocaron las manifestaciones masivas.

Cuba atraviesa su peor crisis económica en décadas. Al mismo tiempo, la isla se ha visto sacudida por un resurgimiento de COVID-19, con más de 4.800 casos positivos reportados diariamente, según el rastreador de COVID-19 de Reuters. Los datos muestran un total de 238,491 infecciones y 1,537 muertes relacionadas con COVID reportadas en el país desde que comenzó la pandemia.

“Son las necesidades básicas de cualquier ser humano: tener alimentos, recibir atención médica y vivir una vida digna con los derechos básicos”, dijo Mons. Cisneros, obispo auxiliar emérito de Brooklyn. “La situación ha escalado a un punto de tanta desesperación y es un momento tan difícil que la gente no tiene más remedio que salir [y protestar], y seguramente lo están haciendo bajo el riesgo de su propio encarcelamiento”.

El arzobispo Thomas Wenski de Miami, que compara la ciudad del sur de Florida con un “suburbio del norte de La Habana” con su gran población cubana, dijo que la gente en Cuba está “hambrienta de pan” y “hambrienta de libertad”.

En un comunicado, Mons.o Nicholas DiMarzio de Brooklyn dijo que ora “para que nuestros conciudadanos del mundo puedan llegar a conocer una vida mejor y que la justicia y la seguridad prevalezcan en los días venideros”.

Mientras los cubanos marchaban el domingo, los videos e informes transmitidos en vivo reportaban cánticos que incluían: “¡Libertad!”, “¡Basta ya!”, “¡Unidad!” y “¡No tenemos miedo!”. Un video grabado en Bejucal, un pueblo de la provincia de Mayabeque al sur de La Habana, muestra a la gente del pueblo vitoreando y cantando repetidamente “¡Libertad!” mientras alguien alza una estatua de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.

El arzobispo Wenski dijo que habló con un obispo cubano en una de las provincias el lunes, quien le dijo que sigue habiendo una situación muy delicada en La Habana, la capital de Cuba. Otro obispo cubano con el que mantuvo correspondencia por correo electrónico dijo que las cosas en su diócesis se habían calmado.

Mons. Wenski culpó al gobierno comunista por la situación que existe. Se refirió al sueño del poeta y periodista del siglo XIX José Martí, al que se  los cubanos consideran el apóstol de la independencia cubana, de tener una “Cuba con todos y para el bien de todos” como ignorada cuando los que disienten del partido gobernante son marginados, reprimidos y excluidos.

“Esas necesidades básicas que no se satisfacen son culpa del sistema comunista en ese país”, dijo el arzobispo Wenski. “En este momento Cuba tiene un sistema político inestable y esto tiene consecuencias nefastas en la vida económica y social del país”.

Calificó de “lamentable” que el gobierno cubano respondiera a las protestas con agresiones y amenazas de violencia. Díaz-Canel pidió el domingo a los partidarios del régimen que contrarrestaran la protesta. Un sacerdote católico, el padre Castor Álvarez, fue arrestado y golpeado por defender a los manifestantes. Se ha informado de que también se ha detenido a varios otros manifestantes y hay miles de desaparecidos en todo el país.

Mons. Cisneros dijo que su mayor preocupación es el llamado del presidente de Cuba para que los partidarios comunistas y fieles a la revolución salgan y se manifiesten con total impunidad.

“Me temo que eso podría crear tensión entre los dos grupos. Solo espero y rezo para que no haya un derramamiento de sangre entre cubanos”, dijo el obispo Cisneros. “Que de una forma u otra con la ayuda del mundo internacional y la opinión pública pueda llegar una solución para que se satisfagan las necesidades básicas del pueblo de Cuba”.

El arzobispo Wenski señaló, sin embargo, que es significativo que ocurrieran las protestas anticomunistas.

“Las acciones represivas solo funcionan cuando se puede mantener a la gente viviendo con miedo”, dijo el arzobispo Wenski. “Una vez que vencen su miedo es difícil continuar con la acción represiva y ‘no tenemos miedo’ es básicamente una respuesta a las palabras del Papa Juan Pablo II cuando llegó a Cuba en 1998 y le dijo a los cubanos, como le decía a la gente donde quiera que fuera, ‘No tengas miedo’”.

Después de que la noticia de las protestas llegara a Estados Unidos el domingo, miles de cubanos en Miami se manifestaron en solidaridad con las manifestaciones de Cuba. Hay aproximadamente un millón de cubanos en Florida, la mayoría en la parte sur del estado.

El arzobispo Wenski dijo que el santuario de Nuestra Señora de la Caridad de la arquidiócesis, que siempre ha sido un punto focal de la religiosidad y el patriotismo cubano, está organizando una serie de programas y servicios de oración para acompañar a las personas mientras van al santuario a orar, y también a mostrar un sentido de solidaridad con el pueblo de Cuba.

Para remediar la difícil situación del pueblo de Cuba, el obispo Cisneros dijo que el mundo internacional debe responder y presionar al gobierno de la nación para que proporcione a las personas los medios para cubrir sus necesidades básicas. Desde una perspectiva católica, dijo que la iglesia puede ser un líder en dar a conocer la situación.

“Mucha gente no sabe que esto está pasando. No son las primeras noticias que escuchas. Cuba no está a la vanguardia”, dijo el obispo Cisneros. “Creo que en todo el mundo la iglesia puede dar a conocer que esta situación está sucediendo y hacer un llamamiento a los gobiernos para que ejerzan cierta presión para que la situación se alivie y se resuelva”.

El arzobispo Wenski reconoció que es difícil predecir el futuro de Cuba debido a los mecanismos represivos del gobierno, pero tiene la esperanza de que los líderes católicos del país continúen abogando por la reconciliación entre los cubanos.

“La iglesia en Cuba siempre ha hablado de reconciliación y de tratar de reconciliar a los cubanos con sus hermanos cubanos porque esa es la única forma de asegurar un aterrizaje suave con cualquier transición que se lleve a cabo”, dijo el arzobispo.