WASHINGTON—. La muerte de una niña de 7 años de edad “representa un descuido atroz en la seguridad y la atención a personas que están bajo custodia de oficiales estadounidenses”, dijo el Concilio Nacional de Iglesias.
La organización, con sede en Washington, dijo que se unía en oración por los familiares de la niña que están en duelo por su muerte.
“También oramos por todos los que están haciendo el viaje peligroso cruzando el desierto que nos recuerdan a Abraham, Sara, María, José e incontables otros que hicieron viajes similares a la luz de la esperanza”, dijo la organización en un comunicado emitido el 14 de diciembre, día en que circulaban informes noticiosos sobre la niña identificada por el gobierno guatemalteco como Jackeline Caal, quien murió la primera semana de diciembre.
El Washington Post informó que ella y su padre de 29 años de edad, Nery Caal, fueron arrestados el 6 de diciembre aproximadamente a las 10 p.m. al sur de Lordsburg, Nuevo México. Ellos estaban entre 163 migrantes que se entregaron a las autoridades en la frontera.
“Unas siete horas más tarde ella fue colocada en un autobús hacia la estación de la Patrulla Fronteriza más cercana, pero enseguida comenzó a vomitar (y tener convulsiones). Al final del viaje de dos horas había dejado de respirar”, informó el diario. Agentes de la Patrulla Fronteriza le administraron resucitación cardiopulmonar y fue aerotransportada a un hospital en El Paso, Texas, donde murió más tarde.
Según los oficiales, la niña aparentaba estar saludable y que en una entrevista no presentó señales de problemas, según la noticia. Las autoridades dijeron que el padre de ella, de habla hispana, firmó un formulario indicando que ella estaba en buena salud, pero críticos de la Patrulla Fronteriza y de la administración Trump dijeron más tarde que el padre habla un dialecto maya que supuestamente los oficiales en realidad no entendían.
“Es desgarrador, eso es lo que es. Quiero enviarle mi pésame a toda la familia a nombre de todo el Departamento de Seguridad Nacional (DHS)”, dijo la secretaria de seguridad nacional, Kirstjen M. Nielsen, en entrevista con Fox News. Destacó que esto es un ejemplo muy triste de los peligros de este viaje y que esta familia escogió cruzar ilegalmente.
“Lo que sucedió aquí es que ellos estaban a 90 millas de donde nosotros podíamos procesarlos. Vinieron en un grupo tan grande que nuestros agentes de la patrulla fronteriza tuvieron que ir dos veces para capturarlos a todos”, dijo la secretaria. “Dimos atención inmediata. Continuaremos examinando la situación. Pero una vez más, quiero enfatizar cuán peligroso es este viaje cuando los migrantes escogen venir ilegalmente”.
El inspector general de DHS dijo el 14 de diciembre que investigaría las circunstancias de la muerte de la niña.