Conectados

#Conectados: Los Santos de la Puerta de al lado: Los mártires del Siglo XXI

Quieres ser santo? Muchas personas, en un intento de ser humildes o tal vez realistas, responderían rápidamente: ¡No!, ¡Me sería imposible!, sin embargo la santidad es el primer llamado que Dios nos hace a todos los creyentes y sería absurdo pensar que Él nos pida algo imposible. “Cuando imaginamos la santidad pensamos muchas veces en cosas extraordinarias, en hacer milagros… pero si hay algo que aprendimos viviendo en Siria, junto a esta gente, gente sencilla, como cualquiera de nosotros, pero gente que tiene muy en claro aquello por lo que se debe vivir y por lo que se debe morir, es eso”, nos comenta la Hna. Guadalupe Rodrigo, religiosa del Instituto del Verbo Encarnado que estuvo como misionera en Aleppo, Siria, en tiempos de la guerra y que nos acompaña en esta edición de #Conectados.

#Conectados: El #PapaFrancisco, nos enseña "Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente […] la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios." Hoy nos acompaña la Hermana Guadalupe Rodrigo, religiosa del Instituto del Verbo Encarnado, ella fue misionera en Siria 🇸🇾durante el tiempo de la guerra y quiere compartir con nosotros su experiencia de vivir muy cerca de tantos "mártires de nuestro siglos". Si quieres rezar por los ن #CristianosPerseguidos te invitamos a unirte a los #NazarenosPerseguidos ن SOS Cristianos en Siria

Posted by Nuestra Voz on Thursday, August 22, 2019

El Papa Francisco en la Exhortación Apostólica Gaudete et Exultate, donde aborda el tema de la santidad en el mundo actual, nos enseña: “No pensemos solo en los ya beatificados o canonizados […] Me gusta ver la santidad en el pueblo de Dios paciente: los padres que crían con tanto amor a sus hijos, en esos hombres y mujeres que trabajan para llevar el pan a su casa, en los enfermos, en las religiosas ancianas que siguen sonriendo. En esta constancia para seguir adelante día a día, veo la santidad de la Iglesia militante. Esa es muchas veces la santidad «de la puerta de al lado», de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios.”

De este modo, sencillo y extraordinario al mismo tiempo, es  como el mundo fue testigo de la progresiva transformación de la fe en los cristianos sirios y como la santidad comenzaba a florecer en medio del ambiente inhumano de la guerra, donde hombres y mujeres de cualquier edad que debían sobrevivir, además del horror de un conflicto bélico, también a la persecución por causa de la fe. “La llegada de la guerra provoca en ellos [cristianos sirios] un afianzarse en la fe, un fortalecerse en la fe. No se daba entre ellos la tentación de culpar a Dios, eso lo he escuchado en occidente, pero allá era imposible que alguno de ellos culpe a Dios de esto […] tenían muy claro que la santidad es hacer lo que tengo que hacer, de manera que cuando me encuentre la muerte, me encuentre haciendo lo que tengo que hacer, es decir, la voluntad de Dios… esa es la santidad, cumplir con el deber de estado, las cosas de cada día, es lo que de alguna manera, los preparaba para el martirio” testimonia la religiosa misionera.

Frente a la fidelidad del pueblo, tampoco Dios se hizo esperar y quienes vivieron la persecución en Medio Oriente fueron testigos de las prodigiosas intervenciones del Señor, tal y como lo relata nuestra invitada: “A uno le parece que los milagros son poco frecuentes, pero allá era impresionante ver diariamente cosas extraordinarias en las que Dios mostraba que Él estaba presente.” Como ejemple, ella nos relata el caso del Padre Nirwan, un franciscano iraquí al que los terroristas no pudieron asesinar por una intervención del Cielo.

“Pero yo creo —continua la religiosa— que la intervención mas impresionante de Dios no eran sus milagros, sino sosteniendo la fe de la gente, porque no era gente que estaba esperando el milagro para zafar de la muerte, sino que estaba dispuesta a dar la vida, ¡lo notaba sobre todo en los jóvenes pero también en los niños!”.

Cuando aborda el tema de su propia experiencia, nos cuenta que su llegada a Siria fue obra de la Providencia y que jamás había imaginado que terminaría en medio de la guerra: “Siria era un país muy tranquilo, de pacífica convivencia entre cristianos y musulmanes, y yo pedí ser destinada ahí para poder descansar”.

Al iniciarse el conflicto armado todos los religiosos fueron consultados sobre su decisión de salir del país o permanecer el tiempo que fuera necesario, es ahí donde muchos de ellos, incluida la Hna. Guadalupe, consideraron que permanecer era lo que Dios les pedía en aquel momento. Con emoción nos comparte las palabras de su papá cuando ella le consulta sobre su decisión de quedarse en Siria: “Has estado con esta gente hasta ahora y los vas a abandonar cuando mas te necesitan? por algo sos misionera. Yo no estoy dispuesto a competir con Dios”.

Pero que a pesar de todo lo que le ha tocado sufrir junto a los Nazarenos Sirios, confiesa que ellos la hicieron “envidiar el martirio que ellos son capaces de vivir hasta con alegría […] ¡Que me hagan lo que quieran, que me corten la cabeza, pero el Cielo no me lo quitan!”. Por eso la religiosa afirma sin titubeos que sin dudarlo volvería a Siria, porque fueron sus mejores años de misionera.

Pero la historia de la Iglesia perseguida no es simplemente una anécdota para escuchar y lamentarnos, “la misión de los cristianos perseguidos fue la de despertar a los cristianos de occidentes” dice la Hna. Guadalupe al tiempo que abre la invitación a participar del movimiento de los “Nazarenos Perseguidos” que conecta a través de una página de Facebook a cristianos de todo el mundo que asumen el compromiso rezar por sus hermanos víctimas de la persecución religiosa. Su nombre nace de la misma expresión que usan los extremistas musulmanes para designar con desprecio a los discípulos de Cristo: los nazarenos, el pueblo maldito de la cruz.

Los miembros del movimiento Nazareno se identifican con la letra árabe “nun” (ن), usada por los extremistas para marcar las casas de los cristianos, por ser la primera letra de la palabra Nazareno. Así, lo que nació como un símbolo de maldición, se transformó por obra de Dios en símbolo de la Gloria.

Finalmente, la hermana Guadalupe, nos llama a reflexionar sobre nuestra responsabilidad personal con nuestro entorno. “Nuestro accionar o suma o resta, nunca es indiferente, por lo tanto yo tengo que colaborar con la paz obrando el bien”, dice.  También exhortándonos a considerar el limitado tiempo de esta vida nuestra y la necesidad  de pensar en la Vida Eterna. “Estamos aquí como peregrinos y nuestro mayor objetivo es prepararnos para la Vida Eterna. Este es el mensaje de los cristianos perseguidos, ellos lo están dando todo, incluso la propia vida con tal de no perder la Vida Eterna”, concluye.

Como siempre, los esperamos el próximo jueves para una nueva edición de #Conectados.