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Consejo para la unidad: valores ciudadanos desde la escuela

Cuando pensamos en que nuestros hijos necesitan acceder a una buena educación pensamos en el nivel meramente académico. Pero nuestros niños y jóvenes necesitan también aprender a ser mejores personas, sumar amigos, restar las diferencias y multiplicar los gestos de solidaridad con los demás.

¿Y no es en la casa donde deben aprender esas cosas? ¡Claro que sí! Pero en la escuela lo deben poner en práctica, pues pasan mucho tiempo allí.

El Consejo para la Unidad es una organización nacional sin fines de lucro que se fundó en 1975 por Robert J. DeSena, un profesor de la escuela secundaria John Dewey en Brooklyn, quien convocó a diferentes líderes y jefes de pandillas para traer la paz a su escuela.

Así DeSena logró reunir chicos de origen afroamericano, latino, asiático, judíos e italiano para darle fin a la violencia. Comenzó por facilitarles un ambiente donde foemntar nuevas amistades. Posteriormente se dio inicio a un programa que promovía el respeto por las diferentes culturas presentes en la escuela, deformaqueestudiantesdetodos los grupos étnicos y raciales comenzaron a participar.

En 1979 un conflicto racial entre italoamericanos y afroamericanos tuvo lugar en la calle de la escuela. Varios estudiantes resultaron heridos y, aunque el Consejo para la unidad medió en la disputa, se generaron tensiones que podrían provocar nuevos brotes de violencia.

Finalmente —con una obra de teatro llamada Lev antar las manos—, su mensaje conciliador logró tocar los corazones. Entre el público asistente había líderes comunitarios y empresariales, políticos y estudiantes de otras escuelas. Pronto su programa comenzó a ser adoptado en otras partes de la ciudad.

Los promotores del programa entendieron la importancia de prevenir la violencia y no simplemente reaccionar en contra de ella. Así como comenzó la expansión de esta iniciativa que hoy funciona en varias escuelas primarias, secundarias y preparatorias.

Además de luchar contra la violencia y las tensiones raciales, el programa se propone combatir los problemas, no a las personas, enseñar a los jóvenes a ser parte de la solución, disipar los sentimientos de impotencia. El objetivo central es ayudarlos a convertirse en ciudadanos productivos y a pensar en el bien común mediante la socialización de valores como la democracia, la resolución pacífica de problemas y la negociación.

Según una evaluación independiente del Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York, este programa ha demostrado que el 70% de las escuelas que han implementado este programa han visto una reducción en los índices de violencia. El 94% de los estudiantes que participan de esta clase logran graduarse de la escuela secundaria; y el 96% entra en la universidad.

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Cuando Mr. K dio inicio a sus clases, tenía cinco alumnos. Un año después ya contaba con 25. Aquí lo acompaña Valentina Ch. Valencia, una de sus alumnas. Foto: Marietha Góngora

El profesor Gary Kuchmeister, del Departamento de Estudios Sociales, es el encargado de esta clase electiva en la escuela secundaria de Forest Hills, Queens, a la que asisten unos 30 alumnos de diferentes grados.

Este experimentado maestro explica que los pilares de esta iniciativa son cuatro: la familia, la unidad, la autoestima y el empoderamiento. “Por ejemplo, en esta clase hay estudiantes con honores, de clases avanzadas, y todos están aquí porque quieren encontrar el propósito de sus vidas y hacer realidad sus sueños”, agrega. Mr. K, como lo llaman todos, invita a su clase a padres de familia, especialistas o hasta a exalumnos para hablar de temas como el suicidio y el impacto del bullying.

Mr. K explica que a muchos de sus estudiantes les avergüenza hablar de sus problemas y de sus inquietudes y dice que este es un espacio para escucharlos y hacerlos sentir que pueden compartir sus emociones sin temor a ser juzgados.

“He tenido alumnos que han sufridograndespérdidascomo la muerte de una madre a causa del cáncer, eso definitivamente genera sentimientos que no se pueden exteriorizar en la clase de historia o en ninguna de ese tipo y para eso es la consejería”, se reúnen en el salón de clases dice Mr. K. El profesor les habla 102, el mismo número del constantemente a sus jóvenes aula donde nació hace más de alumnos sobre el valor de la 40 años este programa en una esperanza, sobre todo cuando escuela de Brooklyn.