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BROOKLYN, Nueva York—. Una familia rumana está compartiendo su historia después de que les quitaron a su hijo de cuatro meses mientras se encontraban detenidos en la frontera sur de los EE.UU.
Constantin Mutu tenía apenas cuatro meses cuando viajó con sus padres desde Rumania hasta México con la idea de entrar a los Estados Unidos a través de su porosa frontera sur.
Según los reportes este es el caso conocido del bebé más pequeño que haya sufrido la separación familiar bajo la política de inmigración del Presidente de cero tolerancia —afortunadamente abolida.
El pequeño Constantin viajó la mayor parte del trayecto en los brazos de sus padres.
Según un reportaje del New York Times, cuando Constantin llegó a Estados Unidos el año pasado, fue separado de sus padres y enviado a un hogar de crianza en Michigan.
Debido a las circunstancias, su madre regresó a Rumania mientras su padre languidecía bajo la custodia de los EE.UU., sin saber qué el destino o la situación de sus seres queridos.
“Fue detenido en un centro de detención de inmigrantes durante cuatro meses, tiempo durante el cual casi nunca recibió ayuda con la traducción. Hasta el día de hoy sigue luchando con flashbacks y pesadillas”, según Caitlin Dickerson, reportera de inmigración del New York Times.
Afortunadamente la familia adoptiva que se hizo cargo de la custodia temporal de Constantin trató de documentar su crecimiento y sus primicias cruciales para compartirlas con sus padres.
“Cada vez que hacía algo me rompía el corazón saber que a su madre se estaba perdiendo”, dicen.
Cuando Constantin fue finalmente reunificado con su madre en Rumania, no la reconoció.
“Gritaba y se retorcía intentando regresar a los brazos de su madre adoptiva con la que había desarrollado fuertes lazos”, informó Dickerson. “En cierto modo, esa segunda separación será tan traumática para él como lo fue la primera”.
Constantin es el bebé más pequeño conocido separado de su familia según la política de separación familiar del presidente Trump. Y ya está de regreso en Rumania con sus padres y cuatro hermanos.
“Constantin se ha acostumbrado a estar de vuelta con sus padres y se está acostumbrando a ellos nuevamente, pero aún no camina ni habla y tiene casi dos años”, dice Dickerson.
Según el New York Times, la familia vendió su casa para hacer su viaje inicial a los EE.UU. y ahora está pasando una difícil situación económica, luchando para que el dinero alcance hasta fin de mes.
“Como toda madre, preferiría morir antes que alguien más críe a mi hijo”, dijo Florentina Mutu, la madre biológica de Constantin.
Pero a pesar de su terrible experiencia, los Mutu están trabajando arduamente para regresar a los Estados Unidos algún día, con la esperanza de vivir una vida mejor todos juntos.