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D’Ambrosio Art Studios: dedicados a la belleza de nuestros templos

DESDE PRINCIPIOS DE LA DÉCADA de 1920, D’Ambrosio Art Studios ha restaurado cientos de templos católicos a lo largo de la Costa Este de Estados Unidos.

Su propietario es Anthony D’Ambrosio. Su padre fue el fundador de una compañía que es completamente familiar. “Mi sueño es que el negocio siga siendo familiar, es un gran negocio en el que me gusta estar envuelto”, explica el Sr. D’Ambrosio.

Por la empresa ya han pasado cuatro generaciones de la familia D’Ambrosio, pues con Anthony trabajan tres hijas suyas, un hijo y un nieto. La especialidad de la compañía es la restauración o renovación de edificaciones religiosas.

“Mi padre fundó la empresa hace muchos años, antes de 1932, ese fue elañoenqueyonacíyélyateníala compañía. En Italia mi padre hacía lo mismo, cuando vino a Estados Unidos quiso empezar con su propio negocio haciendo lo que sabía hacer en su país de origen”, comenta Anthony D’Ambrosio.

Su llegada a la compañía no fue como esperaba Anthony D’Ambrosio. A los 19 años de edad, cuando estudiaba leyes en una universidad militar, recibió la noticia del fallecimiento de su padre. La empresa había empezado tres proyectos de restauración poco antes de morir su dueño. “Tuve que regresar, tenía que entregar esas restauraciones, por eso volví regresé”.

Al preguntarle por el trabajo más difícil que le ha tocado hacer, luego de tomarse unos segundos me contestó: “El trabajo más difícil fue regresar de la universidad y completar tres trabajos que mi papá había comenzado antes de morir, yo tenía 19 años y tuve que hacerlos y todos fueron un éxito”. “Mi especialidad es todo lo que tiene que ver con los interiores de las iglesias, nosotros no construimos los edificios”, explica Anthony D’Ambrosio.

¿Y el proyecto más bello que ha hecho? “Fue un trabajo que hice hace 23 años en la parroquia de San Patricio, en la 4a avenida en Brooklyn, con monseñor Patrick Fursey O’Toole, K.H.S, quien era el párroco. Ésa es la restauración más linda que he hecho”.

“Actualmente estamos trabajando en la parroquia de los santos Pedro y Pablo en Williamsburg en Brooklyn, en la parroquia de la Natividad de María y Santa Ana en Flushing y en la parroquia de San Andrés Avelino, también en Flushing. Nosotros trabajamos con muchas iglesias en la diócesis de Brooklyn y en Connecticut”, afirma.

Cuando la estatua de San José fue robada en la parroquia de los Santos Pedro y Pablo hace unos meses, D’Ambrosio Art Studios la remodeló y la devolvió. No cobró por ese trabajo: lo hizo como una donación a la parroquia y a la comunidad. En noviembre de 2015 Anthony D’Ambrosio recibió la medalla Pro Ecclesia et Pontifice junto a otros 26 laicos y consagrados, un reconocimiento del Papa por sus servicios a la Iglesia. “Pienso que fue algo maravilloso que no esperaba, la acepté y fue algo espectacular”, recuerda.